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jueves, 3 de septiembre de 2009

"Fue un error impulsar la ampliación de la OTAN a Georgia y Ucrania".


Entrevista:

El País de España.


Europa necesita salir de su larga etapa de reformas institucionales, volver a ocuparse de asuntos que interesan a la ciudadanía y, sobre todo, forjar por fin una posición común en las relaciones con las grandes potencias. Ésa es la hoja de ruta esencial para la UE de Pierre Lellouche (Túnez, 1951), secretario de Estado francés para Asuntos Europeos. Si los irlandeses ratifican en octubre el Tratado de Lisboa, España -que presidirá la Unión en el primer semestre de 2010- tendrá una oportunidad histórica para forjar la nueva UE, observa Lellouche.

Pregunta. La UE parece paralizada desde hace años por las dificultades en sus reformas institucionales y las divisiones en varios asuntos. ¿Qué objetivos son alcanzables en el futuro próximo?

Respuesta. Si usted teclea en Google "Europa" y "crisis" le aparecerán decenas de miles de entradas. La idea de que Europa está en dificultades se ha convertido en un lugar común. Es cierto que hay un distanciamiento de los pueblos con respecto a las instituciones de la UE. ¿Significa eso que la máquina europea no funciona? La respuesta es no. En lo esencial, funciona. Compare la reacción a la crisis del 29 con la actual. Hoy trabajamos juntos. Entonces, la crisis llevó a la guerra. Europa es un instrumento de paz. Hay que cerrar el capítulo de las reformas institucionales y volver a hacer política sobre asuntos que interesan a los europeos. Superada la consulta irlandesa, la presidencia española tiene la ocasión histórica de lanzar la nueva Europa.

P. En referencia a la II Guerra Mundial, la visita de Vladímir Putin a Polonia para las conmemoraciones subraya que vivimos en otra era, pero también en una Europa incapaz de fijar una postura común para tratar con las renovadas ambiciones del Kremlin.

R. Las relaciones con Rusia, y lo mismo vale con China, subrayan la necesitad de construir una visión geopolítica común de Europa y de su papel en el mundo. Es una prioridad. Desafortunadamente, de momento no tenemos esa visión común. Debemos acercar nuestras posturas. Las grandes potencias aprovechan nuestras divisiones y nos hacen jugar uno contra otro. En el caso ruso, trabajemos la propuesta de Medvédev de crear un espacio común de seguridad y cooperación económica. Y tengamos en cuenta que Rusia es un país que, tras la Guerra Fría, ha sufrido humillaciones e inmensas transformaciones geográficas. La frontera rusa ha retrocedido más de 2.000 kilómetros. Países enteros han salido de la Unión Soviética y han entrado en la UE o en la OTAN.

P. ¿Fue un error estratégico impulsar la ampliación de la OTAN a países del Este?

R. Si se refiere a Georgia y Ucrania sí, por supuesto, fue un error. En Georgia hay un consenso sobre la OTAN, pero una situación estratégica inestable, con varios conflictos en la región. El caso de Ucrania es más claro todavía. Es un país en el que no hay ningún consenso sobre la OTAN. En cambio, hay una voluntad de acercarse a Europa. Sobre eso tenemos que trabajar, para multiplicar los lazos con Ucrania y reducir las tensiones con los rusos, evidentes en materia de gas. Tenemos que ser conscientes de los riesgos que corre Europa por su dependencia energética y, con esa perspectiva, formular nuevas relaciones con Rusia, Argelia...

P. ¿Y con Turquía? Un país importante por el tránsito del gas y con una relevancia estratégica enorme. Francia se opone a su ingreso en la UE. ¿No será un error histórico dejar escapar la ocasión de amarrar a Occidente un actor tan importante?

R. Sobre el gas, constato que Turquía juega muy inteligentemente. Por un lado con los rusos [para el gasoducto South Stream] y por otro con los europeos . Es un socio muy importante. Turquía es un puente entre Europa y Oriente. Ella misma se ve como un puente. La cuestión es saber si se puede convertir un puente en un miembro de la familia. El presidente Sarkozy expresó claramente su postura al respecto: todas las relaciones posibles con este país amigo son bienvenidas, pero no la adhesión.

P. ¿Qué hacer entonces?

R. El marco de las negociaciones para la adhesión establece dos condiciones: si Turquía no cumple con los requerimientos o si la capacidad de absorción de Europa no lo permite, entonces habrá que encontrar otras maneras de amarrar Turquía a Europa. Teniendo claro que se trata de un país amigo e importante, nosotros nos preguntamos si no es ya hora, sin interrumpir las negociaciones, de empezar a reflexionar sobre la vía alternativa.

P. José Manuel Durão Barroso obtendrá probablemente este mes un segundo mandato como presidente de la Comisión. Algunos creen que es el premio que los Gobiernos le ofrecen por haber estado tan dispuesto a escuchar sus opiniones... El Gobierno francés respalda su reelección. ¿Cómo respondería a esa crítica?

R. Nuestro Gobierno ha apoyado a Barroso. Dicho esto, ahora toca al Parlamento europeo decidir. Así es como funcionan las instituciones. Los Gobiernos proponen un candidato y el Parlamento puede ratificar o no. En el Parlamento europeo no hay una mayoría absoluta, así que izquierda y derecha tienen que colaborar.

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