El nuevo titular de Defensa iraní crea una crisis con Argentina.

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El Gobierno argentino reiteró ayer su firme protesta por la decisión del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, de nombrar como nuevo ministro de Defensa a Ahmad Vahidi, a quien la justicia argentina acusa de ser uno de los responsables del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en Buenos Aires, el 18 de julio de 1994, que causó 85 muertos y más de 300 heridos.

El Gobierno iraní había enviado ayer mismo una fuerte señal de su desagrado por las primeras quejas argentinas, convocando al representante de este país, Marco Enrique Quintero, para advertirle de que considerará una injerencia en su política interna cualquier nuevo comentario sobre la composición del Gabinete de Ahmadineyad. Irán niega haber tenido participación alguna en el atentado contra la AMIA y asegura que todo forma parte de una operación de propaganda israelí.

La respuesta argentina fue todavía más dura. El vicecanciller Victorio Tacceti acusó a Teherán de desconocer las reglas de la convivencia internacional y recordó que Interpol emitió hace casi dos años una orden de captura internacional contra Vahidi, que no puede viajar libremente. "Vahidi está requerido por Interpol y por la justicia argentina y debe presentarse y ejercer su derecho a la defensa", aseguró Taccetti.

El Gobierno argentino ha protestado reiteradamente por la falta de colaboración de Irán y ha exigido la entrega de todos los buscados por Interpol en relación con este caso, especialmente seis ciudadanos iraníes, entre ellos Vahidi y quien era el agregado cultural de la embajada de Teherán en esa época, Moshen Rabbani.

Según el fiscal que instruye el caso AMIA, Ahmad Vahidi, ex dirigente de la Guardia Revolucionaria iraní, era en 1994 el jefe del grupo que se ocupaba de las operaciones fuera de su territorio y participó activamente en la preparación del atentado, el más grave sufrido por la comunidad judía, fuera de Israel, desde el final de la II Guerra Mundial. Su nombramiento, hace cuatro años, como viceministro de Defensa provocó ya el malestar de Argentina, y ahora su nuevo ascenso como ministro, cuando ya existe una orden internacional de búsqueda y captura, es considerado por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner directamente como una "afrenta contra la Justicia y contra los familiares de las víctimas".

Hace escasamente un mes, la presidenta participó en los actos conmemorativos del 15º aniversario de la masacre de la AMIA y reiteró la voluntad de encontrar y castigar a los culpables. La conexión local del caso AMIA fue objeto, en su momento, de una lastimosa investigación y de un escándalo policial y judicial que acabó poniendo en la calle a los ciudadanos argentinos que, presuntamente, habían colaborado en el atentado, algunos de ellos miembros de la policía bonaerense.

La comunidad hebrea argentina es la más grande en América Latina y una de las más importantes del mundo fuera de Israel: sólo en el área del Gran Buenos Aires se calcula que viven unos 200.000 judíos.