Manglares de BCS, “Gladiadores del desierto”.

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Pese a sus condiciones de aridez, escasas precipitaciones y un clima caluroso, en Baja California Sur se pueden encontrar, además de esteros, oasis, lagunas y bahías, los humedales de manglar que han podido sobrevivir a las condiciones difíciles del ambiente y el subsuelo, y luchar contra el boom turístico e inmobiliario que vive la entidad.

Se trata de 11 humedales de importancia internacional, registrados en la lista Ramsar, que obliga a los gobiernos a mantener un “uso racional” de estos ecosistemas.

Y aunque hasta ahora se han contabilizado 11 por las funciones biológicas que desempeñan, en Baja California Sur existen más de 80 humedales costeros que, según expertos, deben ser considerados como “gladiadores vivientes”, ya que han habitado en la península desde hace 5 millones de años, resistiendo condiciones poco propicias.

En entrevista, el investigador Esteban Félix Pico, del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional (Cicimar-IPN), dijo que aproximadamente en 15% de la línea costera del oeste peninsular sobreviven los manglares de zonas áridas.

Refugio de cientos de especies

Si bien, explicó que los manglares de Baja California Sur no son tan “exuberantes” como en las zonas tropicales, sí son altamente productivos por ser refugio de cientos de especies de flora y fauna marina, muchas de ellas, de importancia comercial como el camarón.

Según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), los manglares de esta zona son poco comunes, pero relevantes por su aportación de servicios ambientales. Bosques de mangle como los sudcalifornianos, que resisten al extremoso y difícil ambiente, sólo se encuentran en el golfo Pérsico, Mar Rojo, y mares árabes, en la isla Madagascar y en Porto Alegre, en Brasil.

Al comentar lo anterior, el doctor en Ecología Marina y Botánica, Rafael Ríos Mena Rodríguez, explicó que los ecosistemas de manglar del estado, son del tipo arbustivo, conocidos como “manglares enanos”.

Desarrollos turísticos los amenazan

En Baja California Sur, al igual que los del sureste mexicano, estos ecosistemas enfrentan condiciones climáticas cambiantes, altas mareas y, en los últimos años, la construcción de complejos turísticos que se pretenden establecer en las costas de la península.

En el país, los manglares se ven amenazados por la deforestación, la instalación de infraestructura portuaria, la construcción de granjas camaronícolas, entre otros.

“La construcción de hoteles, de casas, de caminos y carreteras, el desmonte y relleno para construir, pone en riesgo su permanencia”, considera Peter Paterson, director de la organización Guardianes del Agua.

Con todo, el estado de los manglares del desierto sudcaliforniano, es bueno, en comparación con los de Sinaloa, Sonora, o el resto del país, coinciden los especialistas, por lo que es urgente que sean considerados en todos los esfuerzos de conservación.

“Estamos en el momento histórico para su protección y conservación. Un sexenio de malas decisiones terminará con las comunidades tan frágiles que se localizan en la península de Baja California”, puntualizó Ríos Mena Rodríguez.


Comentario:

¿habrá respeto hacia esos manglares?