Obama reafirma apoyo a un Estado palestino.

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En un acto que dejó en evidencia las diferencias que aún siguen separando a Estados Unidos de Israel en la búsqueda de la paz para Medio Oriente, el presidente Barack Obama dejó ayer en claro, durante su encuentro en la Casa Blanca con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que no piensa renunciar a su propuesta para el reconocimiento de un Estado palestino, en el marco de un proceso de pacificación que tendrá que pasar por el fin de nuevos asentamientos judíos en los territorios ocupados y por el retorno a los compromisos adquiridos en 2003 en la hoja de ruta.

Fue inmediata la réplica de Netanyahu, quien se mostró dispuesto a iniciar negociaciones de paz con la Autoridad Nacional Palestina, pero sin dejar en claro si reconocerá la existencia de un Estado palestino tal y como se contemplaba en la hoja de ruta consensuada en mayo de 2003 bajo el marco de Naciones Unidas.

Una posibilidad que, además, condicionó a que Israel tenga todas las garantías de que Irán renunciará a sus ambiciones nucleares y que los palestinos “sean capaces de gobernarse a sí mismos”, en referencia al apoyo abierto y encubierto de otros países árabes en la región en favor de la causa palestina.

En declaraciones a la prensa en el Despacho Oval tras la reunión, que duró casi una hora más de lo previsto, Obama afirmó que habló con Netanyahu “de comenzar de nuevo negociaciones serias entre Israel y los palestinos”, e indicó que a ambas partes les conviene “una solución de dos Estados”.

Así, este primer encuentro entre ambos estuvo marcado por la tensión y por la contraposición del lenguaje directo del presidente de EU, frente a la ambigüedad del premier israelí. Obama aseguró que Netanyahu tiene ante sí la oportunidad de pasar a la historia como el hombre que hizo posible la paz:

“Le sugerí al primer ministro que tiene una oportunidad histórica para lograr avances serios durante su mandato”, dijo Obama al insistir en que la mejor fórmula para retomar el camino hacia la paz y la estabilidad en la región, es respetar los acuerdos de 2003.

“Eso significa que todos los participantes se han de tomar en serio las obligaciones que acordaron previamente”, añadió Obama para colocar a Netanyahu ante la disyuntiva de coincidir en la necesidad de retomar los acuerdos pactados o, como ocurrió, de responder con evasivas.

“No queremos gobernar a los palestinos. Queremos vivir en paz con ellos. Queremos que se gobiernen a sí mismos, pero sin aquellos que pudieran poner en peligro al Estado de Israel”, dijo Netanyahu.

“Estamos dispuestos a entablar conversaciones con los palestinos de forma inmediata, pero cualquier acuerdo dependerá de la aceptación del derecho de Israel a existir como Estado judío”, indicó Netanyahu para luego insistir en la necesidad de que Irán renuncie a sus planes nucleares.

“El fin de las ambiciones nucleares de Irán es la cuestión más apremiante”, insistió el premier israelí, colocando así sobre los hombros de Barack Obama, la responsabilidad de conseguir que los iraníes renuncien a sus planes nucleares.

En este sentido, el presidente estadounidense, quien busca promover el diálogo con Irán y Siria —dos archirrivales de Israel—, aseguró que su país sigue empeñado en desarrollar un proceso de acercamiento con Irán, en el marco de una nueva era en las relaciones bilaterales.

No obstante, reconoció que, por el momento, las conversaciones directas con el régimen de Teherán deberán esperar hasta la celebración de elecciones de junio en ese país. “Ustedes saben que iniciar un diálogo directo en tiempos electorales no es muy razonable”, reconoció Obama en alusión al escaso margen de actuación que tiene la clase política iraní en estos momentos.

Según el mandatario, una vez celebradas las elecciones en Irán, la Casa Blanca estará dispuesta a buscar ese diálogo directo pero, advirtió, “no se trata de conversar eternamente” y si no hay acuerdos hacia fines de este mismo año, Estados Unidos se planteará otro tipo de medidas, “incluidas sanciones internacionales para que Irán entienda que vamos en serio”, sentenció.

Obama calificó sus conversaciones con Netanyahu como “extremadamente productivas”, en tanto el primer israelí indicó que el mundo es “afortunado” por contar con un presidente estadounidense como Obama.

Mientras discurría el encuentro en la Casa Blanca, en Israel un funcionario anunció la construcción de un nuevo asentamiento en Maskiot, previamente una base del Ejército en el valle del río Jordán, en Cisjordania, donde 10 familias viven ahora en casas rodantes.

David Elhaiini, jefe del gobierno local, declaró que las autoridades han comenzado a aceptar licitaciones de contratistas a fin de construir la infraestructura para viviendas permanentes. La construcción fue aprobada por el ministro de Defensa Ehud Barak en julio de 2008.

Ayer mismo, el portavoz del ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Hasan Qashghavi, pidió a Estados Unidos que preste atención a sus propios problemas y no se deje enredar por las ambiciones de Israel.

Además, el presidente del Parlamento iraní, Ali Larijani, opinó que el nuevo plan de paz para Medio Oriente que EU podría presentar en los próximos días “está abocado al fracaso, como todos los anteriores”. En declaraciones divulgadas por la agencia de noticias local Fars, el responsable iraní advirtió también a Estados Unidos que no se deje seducir por los cantos de sirena procedentes de Israel. “Si los sionistas quieren abocar a la nueva administración de EU hacia una paz falsa e irreal en la región a través de un engaño, deben saber que es un paso hacia el infierno”, afirmó. (Con información de agencias)


Comentario:

No hay que perder de vista que Netanyahu ganó por solamente una curul, lo cual indica que casi la mitad de la población que votó no necesariamente piensa igual que él.