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Las tropas británicas desplegadas en Irak comenzaron hoy su retirada de la ciudad de Basora, en el sur del país, donde mantienen su base militar desde la ocupación del Estado árabe en marzo de 2003, informaron fuentes policiales iraquíes.
El inicio de la retirada se celebró en un acto en el aeropuerto internacional de Basora. En la ceremonia, el general británico a cargo de la presencia militar en la zona, Andy Salmon, ha entregado el control a un general estadounidense, Michael Oates, que dirigirá a partir de ahora una división multinacional.
En la actualidad, el Reino Unido mantiene a unos 4.100 militares confinados en esta base, a unos 20 kilómetros al oeste de Basora, la mayor ciudad del sur de Irak, tras ceder el control de la seguridad de la provincia del mismo nombre a las fuerzas iraquíes el año pasado.
La retirada de las tropas británicas, que se producirá de manera gradual, culminará a finales del próximo mes de julio, aunque el 31 de mayo es la fecha fijada por Londres para declarar concluidas las operaciones de combate. Así lo acordaron Brown y el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, después de la visita del primero a Bagdad.
El Reino Unido aprobó el envío de 45.000 efectivos para participar en la invasión militar encabezada por Estados Unidos contra Irak, que condujo al derrocamiento del ex presidente iraquí, Sadam Hussein, que fue más tarde ahorcado. Desde la llegada de las fuerzas británicas a Irak a finales de marzo del 2003, han muerto 177 uniformados de este país.
Gordon Brown cierra de esta manera la transición de una operación promovida por su antecesor, Tony Blair, cuando en marzo de 2003 apostó por alinearse como principal aliado del ya ex presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en el conflicto que provocó la caída del régimen de Sadam Hussein, pese a la contestación interna que esta decisión le granjeó en Reino Unido.
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¿Misión cumplida?
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