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domingo, 15 de febrero de 2009

Hermano de un activista antiplagio libra secuestro.

Noticia:


Dos secuestradores le dispararon a quemarropa. Fueron tiros a matar, un impacto fue directo al pecho y el otro a la cara, pero Julián Jaime Espinoza López salvó la vida de milagro apenas tres días después de que su hermano Ricardo acudió con cientos de personas más a fundar públicamente en el Ángel de la Independencia el Movimiento Blanco, contra la inseguridad en México.

Julián Jaime Espinoza López, otro simpatizante de la causa que enarbolan su hermano y otros personajes, fue sorprendido en pleno día por sus agresores en La Candelaria de los Patos, cuando buscaba documentos en la cajuela de su auto. Nunca imaginó que los dos sujetos que poco antes bajaron de un taxi lo amagarían con un arma e intentarían secuestrarlo.

La confianza con que actuaron los plagiarios fue tal que paralizó a su víctima. Incluso, los delincuentes lo metieron a punta de pistola en la parte trasera de su propio automóvil.

Comenzaba la pesadilla. Entre insultos, los maleantes lo agredían, le pidieron todos sus bienes y de inmediato le espetaron: “Te vamos a secuestrar, cabrón”.

Espinoza López se sintió perdido. No dudó e hizo todo lo que tenía al alcance. Forcejeó con uno de sus captores, mientras el otro intentaba mantener el curso del auto. En medio de la pelea, se escuchó un tiro. Uno de los delincuentes le disparó directo al pecho, la bala pasó apenas a unos milímetros del corazón y por eso Julián Jaime pudo seguir luchando por su vida y su libertad.

Otro disparo salió de la pistola de los plagiarios. Iba a la cara de la víctima; éste interpuso su brazo. La bala le perforó el codo y salió por su hombro.

Julián no estaba vencido. Todavía luchó con sus atacantes y logró al mismo tiempo abrir una de las puertas del vehículo. Se tiró con el auto en marcha y pudo por el momento ponerse a distancia de los delincuentes.

Ya sin su presa, los secuestradores se sintieron perdidos. El que conducía el automóvil de Julián Jaime no pudo controlarlo y lo impactó contra otros.

El choque alertó a policías de una patrulla que pasaban por el lugar. Acudieron a toda prisa y evitaron que los dos delincuentes, aún en el auto, se dieran a la fuga.

Herido de gravedad, Espinoza López aún habló con los uniformados y les narró su odisea.

Mientras Julián Jaime era trasladado al hospital de Balbuena, su hermano Ricardo, el que tres días antes exigía en el corazón de la ciudad seguridad para todos los mexicanos, supo del ataque y redobló sus esfuerzos con el Movimiento Blanco, el cual se define como la suma de todas las movilizaciones ciudadanas contra la violencia y la inseguridad.


Comentario:

Toda una historia de secuestro. Vivió para contarlo.

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