Noticia:
En tiempos de crisis, para muchos oficinistas u otro tipo de trabajadores resulta imposible acudir a diario en la ciudad de México a los restaurantes que sirven por tiempos los alimentos.
Como el dinero ya no alcanza han optado por comprar en los puestos ambulantes localizados en las inmediaciones de las estaciones del Metro, en las fondas que un gran número de familias han habilitado en los garajes de sus casas o con quienes en las cajuelas de sus autos llevan una serie de guisados para degustarlos en tacos o en pequeñas raciones.
Hay quienes preparan en casa y trasladan en topers lo que consumirán por la tarde en parques o avenidas.
Tal es el caso de las hermanas García Minero, que de lunes a jueves de dos a tres de la tarde, se reúnen en las bancas metálicas color cobre que se encuentran sobre Paseo de la Reforma. Ellas prefieren compartir los alimentos, antes que gastar más de 50 a 130 pesos en un cubierto de la zona.
La historia de Víctor, Raúl y Martín es similiar. Visten como corresponde a un ejecutivo bancario, pero no pueden pagar diario un menú, por lo que comen en la calle en sus recipientes de plástico.
Ofrezco mis servicios.
domingo, 22 de noviembre de 2009
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