Quitan diputación a indígena mazahua.

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Mientras que los 75 diputados mexiquenses tomaban protesta del cargo en el interior del pleno legislativo, la mazahua Florentina Salamanca Arellano, del PAN, quien hasta la madrugada del viernes era diputada electa, aseguraba que por ser indígena y no pertenecer a la clase política estatal, la dirigencia de su partido permitió que su compañero Daniel Alvarado le arrebatara la curul en el Tribunal Electoral federal.

Apostada afuera del Congreso local, junto a medio centenar de vecinos que lamentaban la determinación que deja fuera del “poder” a una indígena mexiquense, Salamanca Arellano vio cómo le cerraron las puertas de lo que los nuevos legisladores definieron como “la casa del pueblo”, pues cuando intentó ingresar para observar cómo asumían el cargo sus compañeros de partido, se giró la orden de no permitirle el acceso.

“Soy una ciudadana y quiero pasar”, dijo a los guardias de seguridad, petición que fue respondida con un cierre total de los portones del Poder Legislativo estatal.

A sus 51 años de edad, Florentina, viuda y madre de siete hijos, confiesa que deseaba llegar a la Cámara de Diputados para impedir injusticias como la que se registró contra su padre, quien fue encarcelado por no poder defenderse, ya que no sabía hablar español.

“Tal parece que los indígenas no nos podemos superar por la discriminación que tenemos”, comentó a las afueras del inmueble.

Minutos antes de ingresar al recinto legislativo, donde se registró la protesta de 39 diputados del PRI; 12 del PAN; ocho del PRD; seis del Partido Nueva Alianza; tres (para cada uno) de PT, Convergencia y PVEM, y uno del Partido Socialdemócrata, el senador y delegado presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PAN, Ulises Ramírez, argumentó que no se intervino en el caso de Florentina, porque Daniel Alvarado está en su derecho de interponer su recurso de inconformidad.

Sostuvo que tras el fallo del Tribunal Federal Electoral, contra la causa de Florentina, su partido le ofreció un cargo en el gobierno federal y en el comité del PAN.

“Estaremos buscando la posibilidad de abrirle ya un cargo especial, en el que tenga la posibilidad de atender particularmente a los pueblos indígenas —que hay muchos en todo el estado—, y se está analizando la posibilidad de darle un espacio en el gobierno federal”.

Oferta que para la mazahua, quien sólo pudo cursar la primaria, no se puede aceptar, ya que los más de 31 mil votos que obtuvo en las urnas al competir el pasado 5 de julio por el segundo distrito electoral local, le permitían acceder al cargo.

“Yo buscaba mi poder, no migajas, no migajas; yo pedía que me fuera respetada la diputación que gané legalmente. Se lo agradezco —ironizó— a mi propio compañero Gustavo Parra: es injusto para los indígenas que él vaya como diputado y su suplente también”, dijo.

“No cederé cargo”, dice contrincante

Los sufragios obtenidos, en un principio permitieron a la indígena arribar a la curul por el principio de primera minoría de lista interna de su partido; no obstante, éstos no fueron suficientes, pues cuando a Gustavo Parra se le otorgó la curul, por el principio de diputación plurinominal, éste también figuraba en dicha lista.

Sin embargo, su suplente, Daniel Alvarado, argumentó que su posición en el listado y los votos obtenidos por su fórmula, le permitían acceder a dicho espacio, razonamientos que fueron avalados por los magistrados del Tribunal Electoral Federal.

“Estoy muy sensible por este tema. Mis papás son de Oaxaca; yo estuve en escuelas públicas. A mí nadie me ha regalado nada, mis abuelos vivieron también en casa de palma”, dijo Alvarado tras haber rendido protesta en el espacio que en un principio la autoridad electoral otorgó a Florentina.

—¿Si el PAN te solicitará que renunciaras al cargo para cederlo a Florentina, lo harías?

—“El PAN no me lo va a pedir; el partido no va a solicitar que un derecho se vaya para abajo”, dijo.

Al respecto, Florentina consideró que la determinación del tribunal, unas horas antes de que asumiera el cargo, rompe el sueño de miles de mexiquenses indígenas que deseaban ver a un paisano en una de las 75 curules que hay en la Cámara de Diputados local.

La mazahua, quien militó en el PRI durante 15 años y lo abandonó por los actos irregulares y de injusticia que se registraban al interior, anunció que en los próximos meses seguirá haciendo lo mismo que ha hecho todos los años: “Trabajar el campo y ocuparme de los problemas y carencias que viven mis vecinos”.