Ataque aéreo de la OTAN mata a 90 en Afganistán.

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Un avión de guerra estadounidense voló ayer dos camiones-cisterna capturados por la guerrilla del Talibán en el norte de Afganistán y causó una explosión que, según las autoridades afganas, mató a más de 90 personas, incluyendo algunos civiles que habían corrido al lugar para recoger combustible.

Alemania, que solicitó el ataque a las 2:30 de ayer, dijo que 50 combatientes murieron y que no había civiles en el lugar en ese momento. Más tarde, el titular de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, admitió que algunos civiles pudieron haber muerto y tanto la coalición encabezada por Estados Unidos como el gobierno afgano anunciaron investigaciones.

El ataque en la provincia norteña de Kunduz probablemente intensificará la indignación pública por las bajas civiles, que hizo que el comandante de la OTAN, general Stanley McChrystal, ordenara en junio detener los ataques cuando hubiera peligro para los civiles. Un agente de la policía dijo que al menos 90 personas habían muerto y que 40 de ellas eran civiles, incluyendo algunos que recibían el combustible de manos de los milicianos.

El vocero del Talibán Zabiulá Mujahid índicó que los insurgentes capturaron los camiones cuando se dirigían de Tayikistán a abastecer a las fuerzas aliadas en Kabul.

El Ministerio de Defensa alemán habló de “más de 50 rebeldes muertos” y dijo que “posiblemente no hubo ninguna persona que no estuviera implicada” en las fuerzas talibanes entre las víctimas.

El presidente afgano, Hamid Karzai, informó en Kabul que “unas 90 personas murieron o resultaron heridas”. Manifestó su “profundo pesar” y explicó: “Los civiles inocentes no deberían morir ni resultar heridos en las operaciones militares”.

Rasmussen prometió que la Alianza hará una “investigación profunda” para depurar eventuales responsabilidades en el ataque aliado. El secretario general de la OTAN admitió que en situaciones de conflicto “los errores pueden ocurrir”.

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Javier Solana, se expresó de manera contundente al calificar de “drama lamentable” la muerte de al menos 50 personas en Afganistán. El gobierno francés expresó “gran preocupación” por el incidente ydijo que debe ser aclarado cuanto antes.

Según informó el Ejército alemán, los talibán erigieron cerca de Kunduz un puesto de control y allí lograron poner bajo su dominio hacia las 1:50 locales los dos camiones cisterna. Al parecer, los talibán querían llevar el combustible al convulsionado distrito de Char Darah para usarlo. Al cruzar el río Kunduz, a seis kilómetros del Equipo de Reconstrucción Alemán (PRT) , se quedaron varados en un banco de arena. A las 2:30 locales, fueron bombardeados por los aviones de la OTAN solicitados por el Ejército alemán.

El Ejército alemán cuenta en Afganistán con aviones de reconocimiento, pero no con naves aptas para ataques aéreos. Cuando la ISAF solicita ataques aéreos, los toman a su cargo naciones como Estados Unidos o el Reino Unido. Mohammad Akbar, habitante de la aldea Hayi Amanullah, donde se produjo el ataque, dijo a que los talibanes estaban distribuyendo combustible entre la población.

“Tanto talibanes como gente corriente se proveían de combustible cuando un avión militar arrojó las bombas sobre los camiones cisterna”, refirió.

El bombardeo ocurrió tres meses después de que el comandante de las tropas de la OTAN en Afganistán, el general McChrystal, reforzó las normas para realizar ataques aéreos, en un esfuerzo por reducir las bajas civiles que dijo estaban socavando la misión encabezada por Estados Unidos, provocando la ira y la oposición de los afganos.

De acuerdo con las nuevas normas, los ataques aéreos de la OTAN sólo serán autorizados en la mayoría de los casos para prevenir que tropas estadounidenses o de otros países de la coalición sean superadas por combatientes enemigos. Pero incluso en el caso de una lucha con las fuerzas del Talibán, los bombardeos serán limitados si el combate tiene lugar en área pobladas, advirtió McChrystal.

Despiden a guardias de orgía

Ocho guardias privados de la embajada estadounidense en Kabul fueron despedidos y dos renunciaron en medio de un escándalo por fiestas sexuales, informó ayer el Departamento de Estado. La dependencia instó a la empresa de seguridad ArmorGroup a cambiar a su directiva en la capital afgana, informó el portavoz Ian Kelly.