Despega el Discovery con dos latinos a bordo.

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Corre ya la cuenta regresiva para el despegue del transbordador Discovery de la NASA, que partirá mañana en la madrugada hacia la Estación Espacial Internacional (EEI); pero esta vez llevará a las alturas sellos inconfundibles de la cultura mexicana.

Si no hay cambios o demoras en la hora prevista (1:36 AM, Tiempo del Este) el vehículo partirá desde la plataforma de lanzamiento 39A del Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, Florida, con los siete tripulantes de la misión STS-128, entre ellos dos astronautas de ascendencia mexicana: José Hernández Moreno y John Danny Olivas.

El primero es hijo de campesinos michoacanos emigrados a Estados Unidos y desde niño soñó con viajar fuera de la Tierra. En 2001 se integró al Centro Espacial Johnson en Houston, tras 11 intentos fallidos. Olivas, de abuelos también mexicanos (de Chihuahua), ingresó a la NASA en 1998 y visitó la EEI en 2007 a bordo del Atlantis, ocasión en la que efectuó dos caminatas espaciales.

“No importa si uno es latino, chino, ruso o americano (estadunidense), cuando lleguemos ahí arriba todos estaremos trabajando por el mismo objetivo: el desarrollo de la ciencia y la exploración”, comentó Hernández en entrevista previa a los preparativos finales del vuelo.



Mariachi y bandera tricolor

“Obviamente, como ciudadano de EU tendré la bandera americana estampada en mi traje; pero en mi viaje llevaré música de mariachi y varias banderas mexicanas, pues me siento orgulloso de mis raíces”, afirmó el ingeniero electricista, quien se dijo optimista y confiado en que su odisea culminará con éxito.

“También llevaremos muchas tortillas (una aportación mexicana a los vuelos espaciales que inició el hasta hoy único astronauta mexicano Rodolfo Neri, en 1985), ya que el pan es muy peligroso, pues en condiciones de falta de gravedad las moronas pueden entrar a los ojos o a los equipos electrónicos y causar un cortocircuito”, detalló Hernández.



La misión STS-128 lleva a seis varones y sólo a una mujer como tripulante, la estadunidense Nicole Stott, quien se quedará en órbita terrestre, integrada a la Expedición número 20 de la EEI. Por el contrario, en el viaje de regreso (programado 13 días después del arribo) la nave Discovery traerá de regreso a Timothy Kopra, quien ha permanecido más de un mes allá.

El objetivo de esta nueva misión de la NASA es similar a los de otros viajes de los transbordadores espaciales (ya sólo volarán dos, el Endeavour y el Discovery, pues el Atlantis dejará de hacerlo por seguridad): completar la construcción de la EEI, realizar labores de mantenimiento, así como experimentos científicos.

Se colocarán domitorios adicionales a la EEI, un sistema de purificación de aire y se efectuarán dos caminatas espaciales para remplazar materiales de un experimento en proceso en el exterior del módulo europeo Columbus. También se colocará un nuevo tanque de amoniaco, útil en los sistemas de enfriamiento de los equipos.

Como parte de los ensayos se aplicarán monitoreos a los astronautas para estudiar la fisiología humana en el espacio. Se les tomarán muestras de sangre y orina para analizar sus reacciones orgánicas en el vacío, es decir, en una permanente caída libre. Todos estos datos ayudarán a preparar una futura misión a Marte, cuyo viaje de ida tomará unos siete meses.

No menos importante será el despliegue del laboratorio portátil Leonardo, que tras ser descargado del transbordador y presurizado proporcionará mayor espacio en la EEI para habitar y hacer pruebas científicas de manera temporal. Una vez concluida la misión, dicho módulo se desmontará y traerá de regreso a la Tierra.

“Es como tener un cuarto adicional portátil, que uno se puede traer de nuevo a casa”, apuntó Hernández, quien como especialista de vuelo número dos operará por medio de un control computarizado un brazo robótico del transbordador que apoyará todas estas actividades.



Contacto permanente

Otra característica destacada de esta odisea espacial será su absoluta interactividad con el público: ya no sólo los especialistas a cargo del control de misión en el centro espacial Houston podrán estar al tanto de los detalles sobre el funcionamiento de la nave o el desempeño de los astronautas, sino cualquier persona, en cualquier rincón del mundo.

Por una parte, José Hernández fue designado como el portavoz oficial del viaje a través del sitio microblogging Twitter. Así -como ya lo han hecho otros astronautas- desde junio pasado él ha remitido mensajes sobre sus actividades cotidianas a través de ese conducto, al menos una vez al día.

El titular del área de Materiales y Procesos de la División de Ingeniería Estructural en el mencionado centro de la NASA seguirá con el envío de esas “entradas”, tanto en inglés como en español, aun durante el transcurso de la misión, que los interesados pueden seguir a través del siguiente sitio: http://twitter.com/Astro_Jose.

Paralelamente y según información de la NASA, los siete tripulantes del Discovery contestarán las preguntas que el público les remita a través de You Tube (http://www.youtube.com/user/ReelNASA), igualmente en ambas lenguas.

Cada semana algunas de las interrogantes enviadas serán seleccionadas para luego ser respondidas en vivo, una vez que los astronautas estén en órbita, en un evento especial que se difundirá a través del canal de televisión de la NASA (http://www.nasa.gov/ntv).

De cualquier modo, José Hernández, sin nervios y con voz serena al recordar el antecedente de dos accidentes mortales que produjeron la explosión del Challenger y el Columbia, dice estar seguro de que su periplo culminará con éxito:

“Obviamente uno hace los preparativos por si algo pasa, pero lo veré (el despegue y el viaje) como cualquier otro entrenamiento. Sólo que en esta ocasión será real. Espero regresar con bien para luego contarles mis aventuras y experiencias”, expresó el astronauta.