Atacan a diario de Honduras.

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Un artefacto explosivo estalló ayer en las instalaciones del periódico El Heraldo en Tegucigalpa, aunque sin provocar grandes daños, mientras que otros dos no explotaron, según informes de la policía.

Los artefactos incendiarios, conocidos como bombas molotov, fueron lanzados en las primeras horas contra las instalaciones del diario. “Fuimos objeto de un atentado... asumimos que es debido a la situación política”, afirmó el jefe de redacción, Fernando Berrios, que no dudó en señalar que es un “claro irrespeto a la libertad de prensa”.

El Heraldo es acusado por los seguidores del derrocado presidente Manuel Zelaya de no estar informando con objetividad y de estar del lado del gobierno de facto que preside Roberto Micheletti. De hecho, en las marchas y acciones que realizan los adeptos a Zelaya atacan a los reporteros de El Heraldo y otros medios nacionales, a quienes acusan de “golpistas” y sólo permiten trabajar a periodistas extranjeros o de los medios afines a Zelaya.

El viernes también fue atacado un auto del diario La Tribuna, también de la capital, e incendiado por cuatro atacantes armados. La Tribuna, propiedad del ex presidente Carlos Flores Facussé (1998-2002), también es señalado de favorecer la salida de Zelaya. Antes fueron atacados la cadena radial América, con varias granadas, y el Canal 10.

Los seguidores de Zelaya volvieron a exigir ayer su regreso al poder, mientras que Micheletti expresó que no desea que vuelva el embajador de Estados Unidos, Hugo Llorens, quien salió del país al parecer por asuntos personales. La legación diplomática estadounidense desmintió que lo haya retirado.

Las protestas en favor de Zelaya se celebraron de nuevo en Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes del país, informaron dirigentes del movimiento de resistencia popular que exige la restitución del mandatario depuesto.

Partidarios de Zelaya recordaron ayer con una invocación religiosa y cantos al joven que murió de un balazo durante una concurrida manifestación a comienzos de julio a favor del derrocado jefe de Estado.

Unas mil 500 personas llegaron a una transitada avenida muy cerca de la entrada sur del aeropuerto internacional de Toncontín y se congregaron en una especie de plaza frente a la alambrada de seguridad del aeropuerto, el lugar donde Isis Murillo, de 19 años, cayó fulminado por una bala el 5 de julio.

Zelaya regresó ayer mismo a Nicaragua, donde evalúa con sus asesores la posibilidad de intentar nuevamente cruzar la frontera norte hacia su país, informó uno de sus colaboradores.

Allan Fajardo, ministro asesor de Zelaya, confirmó que el depuesto mandatario llegó a Managua procedente de Chile, donde se reunió con la presidenta Michelle Bachelet como parte de una “ofensiva diplomática” para recabar el apoyo de los gobiernos latinoamericanos.

La fuente dijo que Zelaya cumplió “una apretada agenda de trabajo” en la capital nicaragüense, que incluyó reuniones con consejeros políticos que respaldan su retorno al gobierno de Honduras, tras su destitución el pasado 28 de junio.