Vive discriminación 50% de trabajadoras.

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Más de la mitad de la población femenil del estado de México sufre alguna forma de discriminación laboral, mientras que a nivel nacional las mujeres ocupan puestos de menor valor social y económico y con una paga igualmente inferior por el mismo trabajo que realizan los hombres.

Lizandra González Hinojosa, subdirectora de Atención a Grupos Vulnerables de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem), dijo lo anterior y destacó que esta situación prevalece en todo el territorio mexiquense, pero particularmente en zonas de mayor actividad económica.

Sin embargo, dijo, las mujeres del ámbito rural tampoco escapan a este fenómeno.

La responsable de los programas de la Codhem de atención a grupos vulnerables explicó que otra forma de exclusión en las empresas es la discriminación por género debido a que regularmente a la mujer se le considera una ama de casa, la persona que debe cuidar a los hijos y atender al esposo.

Lamentablemente, añadió, las mujeres son uno de los grupos más vulnerables de la población y se ven doblemente victimizadas al ser presas de conductas discriminatorias que inhiben su desarrollo tanto profesional como personal.

Las consideran una amenaza

Lizandra González Hinojosa dijo que las mujeres son consideradas por los hombres como “una amenaza” en cuanto a su integración al campo laboral. Dijo que muchas mujeres se ven obligadas a soportar acoso sexual por parte de los hombres que ocupan puestos de mando en las empresas, pues requieren mantener su trabajo porque de ello debende el sustento económico de sus familias.

Otra forma de exclusión hacia las mujeres ocurre cuando están embarazadas. La maternidad es considerada entonces como una limitante para que las mujeres puedan desarrollarse en el ámbito laboral, agregó la funcionaria de la Codhem.

Explicó que una idea que contribuye en gran medida a la mínima contratación de mujeres es que dentro de los corporativos persiste el pensamiento erróneo de que su incorporación significa un costo más alto, porque implicaría prestaciones de protección a la maternidad, un supuesto mayor ausentismo, una menor disposición para trabajar horas extras, entre otras.

Consideró que la discriminación en el mercado de trabajo implica una negación del acceso al empleo o una diferenciación en el trato de las personas.

Esto, dijo la especialista, es independiente de las aptitudes de cada persona o de los requisitos que se soliciten en la empresa para tener una plaza de trabajo, por lo que resulta necesario establecer una política que incluya el compromiso de no discriminar tanto en el acceso al empleo como en el ambiente laboral.

“Esta política constituye la base sobre la cual la empresa manifiesta su compromiso con el respeto a la diversidad humana”, señaló.

Destacó que la Codhem trabaja por la inclusión de una cultura de respeto hacia el género femenino, a través de foros abiertos, talleres, cursos y capacitación a servidores públicos sobre el tema.