Mi abuelo El Che.

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Como un ejemplo del “hombre nuevo” que “ideó” la Revolución Cubana son descritos en un blog de la isla dos de los nietos del líder guerrillero argentino Ernesto El Che Guevara: Canek Sánchez Guevara, de 33 años, y Lydia Guevara, de 24.

Canek, quien es el primero de los nueve nietos del Che, ha sido músico de una banda de heavy metal, es crítico de la Revolución, del uso de la imagen de su abuelo, ha denunciado el capitalismo de Estado existente en Cuba y declarado su admiración por el grupo de punk Porno para Ricardo.

Sin embargo, más conocida se ha hecho en los últimos días Lydia, quien acaparó las miradas cuando se presentaron la noticia y la fotografía de ella semidesnuda y como imagen de la próxima campaña a favor de la dieta vegetariana de la organización Personas por la Ética en el Trato a los Animales (PETA).

La nieta del Che, conocida también por haber sido novia del cantante inglés y polémico presentador de televisión Russell Brand, posó con el torso desnudo cubierto por un arnés cargado de zanahorias que simulan balas y con una boina al estilo de su abuelo que evoca el rostro del revolucionario en una de las imágenes más difundidas, multiplicadas y utilizadas en el mundo entero.

“No cabe dudas de que los nietos constituyen el ‘hombre nuevo’ a su imagen y semejanza”, dicen blogueros cubanos.

Ernesto El Che Guevara tuvo una hija en México con la peruana Hilda Gadea, a quien conoció en Guatemala y con quien se casó en 1955.

Llamada por su padre La pequeña Mao, Hilda Beatriz Guevara Gadea nació en 1956 y falleció en 1995; vivió y murió en Cuba.

En 1959, El Che Guevara conoció a Aleida March, militante del Movimiento 26 de Julio, quien se convirtió en su segunda esposa y con quien tuvo cuatro hijos: Aleida, Camilo, Celia y Ernesto.

Diversas fuentes —entre ellas la biografía La vida en rojo, de Jorge Castañeda— hablan de un sexto hijo, Omar, nacido en 1964, fruto de su relación con Lilia Rosa Pérez y cuyo nombre fue elegido por El Che, en homenaje al escritor y poeta persa Omar Khayyam.

Respecto a su aparición en la campaña de PETA, Lydia —vegetariana desde hace tres años— dijo: “tras discutirlo con mi familia, decidí que debía participar en la campaña, ya que, como vegetariana estaré utilizando el nombre de mi abuelo para una buena causa en la que creo”. Agregó que la Revolución la lleva “en la sangre” y que su intención se encuentra lejos de “desprestigiar todo lo que consiguió” su famoso abuelo.

“La lucha de PETA por los animales fue uno de los motivos por los que me convertí en vegetariana. Además, este estilo de vida se ha convertido en una verdadera revolución que cada vez capta más personas y que supone una alternativa más saludable para el planeta y el hombre”, añadió la joven.

Pero para estos jóvenes no es fácil ser heredero de una figura que tiene tanto significado para millones de personas.

La marca del “Che”

En entrevista con un periódico virtual europeo, Canek Sánchez decía: “...ser nieto o hijo de un personaje como Ernesto El Che Guevara es algo que marca mucho más allá de lo familiar, de lo personal de lo íntimo; se trata de ‘algo’ que transcurre fundamentalmente en el plano de lo público. Mis amigos me buscan porque soy Canek, los periodistas lo hacen porque soy nieto del Che”.

Asimismo, Camilo Guevara, hijo del Che, habló del tema con la revista Humo, de Bélgica: “Creo que los cubanos subliman el amor que sienten por El Che, le transmiten a nosotros, sus hijos y su familia, en ese sentido somos por demás privilegiados”.

A 81 años del nacimiento del Che, sus hijos han mantenido la lucha porque la imagen de su padre no sea usada para vender y para que su legado a la Revolución Cubana siga vivo.

“Algo (que) me molesta es la apropiación de la figura del Che que han tratado de hacer sus enemigos de clases, es vergonzoso”, anotó Aleida Guevara en un foro de Internet dedicado a la memoria de su padre.

Su protesta fue porque la mirada, rostro y melena rebelde de su padre eran usadas como publicidad de telefonía móvil en Suiza, de un vodka en Inglaterra, de refrescos en Francia. No se cobra dinero por ninguno de esos estos usos.

Y todo viene de la imagen del fotógrafo Alberto Korda, quien tomó la foto del rostro del Che con su boina. “No queremos dinero, exigimos respeto”, se quejó Aleida y recalcó que las leyes en cada país entorpecen las gestiones.

Los hermanos Guevara han declarado que la intención de registrar la marca Che persigue que los derechos que se cobren sirvan para “volcarlos luego al pueblo cubano”.

Camilo y Aleida ofrecen conferencias, publican libros en torno al Che. Camilo —su nombre es en memoria de Camilo Cienfuegos— y Ernesto hicieron prácticas de cinco años en los centros de formación del KGB en Moscú. Después de haber ocupado varios puestos en varios ministerios, Camilo viaja por el mundo para presentar la exposición de fotografías de su padre: Che fotógrafo.

Ellos hacen una labor de la mano de Aleida March, segunda esposa de Ernesto El Che Guevara y quien preside el Centro de Estudios Che Guevara, con sede en la isla. March, también es autora de Evocación. Mi vida al lado del Che.