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domingo, 28 de junio de 2009

Los narcocachorros.

Noticia:


Son la nueva generación del narcotráfico. En los sótanos policiacos y en los corridos los llaman: “los herederos”, “los sucesores”, “los narcojuniors” y hasta “los cachorros del narco”. Pero más allá, Vicente Carrillo Leyva, El Ingeniero; Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo; Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo; Fernando Arellano Félix, El Ajustador; Jesús Zambada; Ricardo Flores Quintana, El Richard, y varios más son considerados por la Procuraduría General de la República (PGR) y por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) parte del sofisticado engranaje del tráfico continental de drogas.

Su persecución y captura por autoridades de México y Estados Unidos es parte del intercambio de información sobre estos personajes, al estar ubicados en la dirección de los grandes cárteles. Hasta ahora ninguno ha tenido el control o “contactos” de sus antecesores en las bandas, según investigaciones de la PGR a las que EL UNIVERSAL tuvo acceso.

La llegada de varios “herederos del narco” a la estructura de mando de cárteles no está exenta de pugnas y rivalidades. El apellido y la sangre no son suficientes para reclamar el poder, pues la muerte, captura o caída de un capo desemboca en rupturas en las organizaciones, como el cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva o el enfrentamiento de los Arellano Félix con su ex socio Teodoro Simental, El Teo.

La nueva generación deja a la vista el nuevo rostro social y empresarial de bandas del crimen.

David Ordaz y Martín Barrón, expertos del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), exponen algunos cambios en el crimen organizado en México y dicen que parte de sus explicación son la adaptación a nuevas tecnologías, redes y estructuras del comercio y flujo de dinero a nivel mundial.

Las últimas grandes detenciones contra el narco hacen visible que el crimen organizado en México tiene un nuevo discurso en la construcción de una identidad simbólica y en el nivel organizacional, aseguró David Ordaz. Incluso, considera que llevar los apellidos de un miembro poderoso del crimen no es patente para heredar la banda, sino que tiene que ver con nuevas estrategias de control, expansión del grupo, comercio ilícito de drogas y de alguien experimentado.

El crimen organizado tiene un sistema muy complejo de decisiones y es evidente en México no es la excepción; así, en su red de decisiones y con los llamados narcojuniors se percibe la construcción de una identidad que poco tiene que ver con la imagen de sus antecesores. La globalización, el cambio de las tecnologías de la información y los modelos económicos actuales tienen que ver con esta necesidad de erigir una nueva equivalencia, destacó el experto del Inacipe.

“Las nuevas generaciones del narcotráfico se desarrollan de acuerdo con la cantidad de dinero que manejan, se confunden entre una sociedad de clase alta y a la que antes no fácilmente pertenecían. Por la construcción de su nueva identidad están más adaptados al cambio que se operó social y económicamente en la sociedad actual”, dice Ordaz.

Redefinición de modelos

Se comportan como empresarios, ejecutivos o inversionistas. Todo ello implica una diferente identidad a nivel simbólico, y también nuevas definiciones en su estructura. Su forma de vestir atiende más a alguien inmerso en cuestiones ejecutivas y que se ocupa de asuntos globalizadas, considera el experto.

Martín Barrón, especialista en Seguridad Pública y Crimen Organizado y también investigador del Inacipe, destacó que no es casual que las más importantes detenciones de hombres del narcotráfico ocurrieran en el Distrito Federal. “Hay otra actitud, otro discurso, otra forma de comportarse, producto de una evolución en la imagen y en la forma de operación. Si alguna vez se dijo que en los años 30 los narcotraficantes vestían de manta y huarache, hoy en día ese discurso está superado porque en la actualidad usan trajes Armani, Hugo Boss, Zegna y van en vehículos deportivos”.

Eso habla de un cambio externo: vestir bien, vivir en zonas exclusivas y manejarse bajo identidades de jóvenes prósperos es necesario para ellos al operar el lavado de dinero de las ganancias del narco. Los cárteles y su nueva generación están a cargo de cómo ampliar y extender las ganancias del grupo y en qué hacer con ellas, asegura el analista.

Por eso, su método corporativo los llevó a dividir, organizar y ejecutar el narcotráfico bajo un esquema de subcontratación. “En suma —explicó Barrón—, operan y ordenan dentro de la empresa (el cártel) pero, por ejemplo, las bandas de sicarios aunque pertenecen al cártel siguen una lógica distinta, es decir, hay todo un cambio estratégico en el narco y por eso yo distingo dos escenarios dentro de la estrategia de la lucha contra el narcotráfico: uno, el combate al cártel y, el otro, el combate a las bandas de sicarios”.

Bajo caminos distintos, pero que confluyen en un mismo destino, varios herederos del narcotráfico están en prisión o bajo investigación en México y EU. Sus historias y mundos comienzan a conocerse y ser motivo de análisis de un cambio generacional en los cárteles, indican informes de la PGR.


Comentario:

Los herederos de los delincuentes mayores.

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