Los comicios europeos amenazan con tumbar al Gobierno irlandés.

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El Fine Gael, primer partido de la oposición en la República de Irlanda, espera convertirse por primera vez desde 1932 en el principal partido del país tras las elecciones europeas. Aunque celebradas ayer, el resultado no se hará público hasta el domingo o más probablemente el lunes porque el recuento -habitualmente muy lento- no empezará hasta que cierre el último colegio electoral en el continente, el domingo por la noche.

A pesar del desencanto que vive Irlanda, sumida en una profunda recesión, se espera que los comicios de ayer sean de los que más participación registren en el conjunto de la Unión Europea. En una reciente encuesta, dos tercios de los irlandeses se declaraban dispuestos a ir a votar, frente a una media del 43% en el conjunto de la UE. En 2004 la participación alcanzó el 58,5%, muy por encima del 50,2% registrado en los comicios de 1999.

El teasoch (primer ministro), Brian Cowen, llamó el jueves a la participación y pidió a los irlandeses que votaran a los partidos europeístas y dieran la espalda a las opciones euroescépticas. Pero su partido, el Fianna Fáil, parece destinado a sufrir un fuerte voto de castigo en términos porcentuales, aunque aspira a mantener sus actuales cuatro eurodiputados.

Leo Varadkar, portavoz de Empresas y Empleo del opositor Fine Gael, ha pronosticado un sonado triunfo de su partido, que sería el comienzo de una revolución en la política irlandesa. "Vamos a ver cómo el Fianna Fáil es destronado como el mayor partido de este Estado, una posición que ha venido ocupando desde 1932. Eso va a marcar una nueva era en la política irlandesa", aseguró. Pero el Fine Gael corre el riesgo de perder uno de sus actuales cinco eurodiputados en parte porque Irlanda pasa a tener sólo 12 escaños en lugar de los 13 que tenía en la anterior legislatura.


Comentario:

La revolución será cuando se reforme el sistema capitalista a fondo.