Noticia:
Decenas de miles de personas salieron ayer a las calles en las principales ciudades europeas y de América Latina, en el marco de la celebración del Día Internacional del Trabajo, en una jornada marcada entre otras cosas por las protestas contra la política económica del gobierno, en Francia, o contra el sector empresarial, en España.
La policía rusa detuvo a numerosos participantes de las tradicionales manifestaciones del 1 de mayo, entre ellos a varios seguidores de la oposición en San Petersburgo y Moscú. En Turquía, al menos dos policías y seis manifestantes resultaron heridos después de que miembros de grupos de izquierda intentaron entrar a la Plaza de Taksim en Estambul.
En Alemania, en cambio, la celebración estuvo marcada por los graves altercados provocados por radicales de izquierda en varias ciudades del país, así como por los enfrentamientos entre neonazis y contramanifestantes, en medio de una reducida concentración sindical. También en Ucrania varios grupos de la ultraderecha así como numerosos comunistas radicales marcharon en Kiev, aunque la policía pudo evitar el enfrentamiento con un fuerte despliegue.
Las manifestaciones en Francia, convocadas por los principales sindicatos galos, se dirigieron sobre todo contra lo que consideran una errónea política económica del Ejecutivo del presidente Nicolas Sarkozy. En total hubo casi 300 marchas en todo el país.
Los sindicatos estimaron que cerca de 1.2 millones de personas salieron a las calles de todo el país, seis veces más que el 1 de mayo de 2008. La principal marcha tuvo lugar en París, donde se calcula que 160 mil personas pidieron al gobierno que lance más medidas para evitar despidos y que paralice la reforma prevista de la legislación laboral.
En Madrid, miles de personas participaron en las manifestaciones convocadas tradicionalmente por los sindicatos CCOO y UGT, en las que éstas amenazaron a los empresarios con “huelgas” si no mantienen el diálogo social.
Por otro lado, unos 200 miembros de organizaciones anarquistas y de ultraizquierda fueron arrestados en San Petersburgo. También desde Moscú se reportaron numerosas detenciones. En total, cientos de miles participaron en las tradicionales manifestaciones de los sindicatos cercanos al gobierno, así como en las marchas de protesta de la oposición. Las autoridades estiman que en todo el país unos 200 mil manifestantes salieron a las calles.
En tanto, en América Latina, la Policía de la capital colombiana detuvo a 52 personas que intentaron sabotear la marcha conmemorativa del Día Internacional del Trabajo con desórdenes que dejaron cuatro uniformados heridos, informaron las autoridades locales.
En El Salvador, 30 personas quedaron detenidas, entre ellas, 10 menores de edad, por daños a la propiedad privada durante las movilizaciones con las que se conmemoró el Día del Trabajo.
Por su parte, la marcha que efectuó la oposición venezolana terminó abruptamente entre improperios contra el presidente Hugo Chávez y gases lacrimógenos lanzados por la Policía cuando los manifestantes intentaron vulnerar el recorrido permitido.
Agentes de la Policía Metropolitana y de la Guardia Nacional (GN, policía militarizada) lanzaron gases, perdigones y dirigieron vehículos antimotines contra un grupo de manifestantes que pretendió vulnerar las vallas de seguridad para intentar abrir paso al grueso de la marcha hacia la sede del Parlamento.
En Chile, la marcha que reunió a unas 10 mil personas, concluyó con una fuerte represión policial con gases lacrimógenos y chorros de agua y algunas decenas de detenidos. Cuando los trabajadores se dispersaban, pequeños grupos de encapuchados atacaron a la policía, que los reprimió con gases y carros lanza agua.
En La Habana, miles de cubanos desfilaron con llamados a la eficiencia económica, consignas de apoyo a la revolución y su derecho a existir al margen de los dictámenes de Estados Unidos. Encabezada por el presidente Raúl Castro, la manifestación se concentró en la Plaza de la Revolución, donde un cartel gigante rezaba: “Unidad, fuerza y victoria”.
Comentario:
Los trabajadores de todo el mundo deberán unirse para exigir una reforma al sistema capitalista. Los políticos ya se hicieron "guaje" para llevar a cabo tal reforma y es que no les conviene a los más ricos. ¿Dejar de ser más ricos, pero como se les ocurre tal cosa a los trabajadores? Son sueños guajiros.
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