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El temor al virus de la influenza tipo A no consiguió amedrentar a los cientos de miles que participaron de forma coordinada en distintos actos y marchas en un centenar de ciudades, en 26 estados de Estados Unidos, en demanda de una reforma migratoria justa y humanitaria.
“Hemos querido que, una vez, nuestra voz se escuche en todo el país y que el presidente Barack Obama cumpla con lo que prometió en su campaña”, aseguró Juan José Gutiérrez, dirigente de la organización Latinos USA, al exigir el fin de las redadas y la separación de familias que afecta a cientos de miles de niños y padres de familia.
Con marchas en ciudades como Los Ángeles, Chicago, Nueva York, Dallas y Washington, entre otras, el movimiento migrante no ha querido plegarse a los llamados de quienes les aconsejaban posponer las marchas por cuestiones de seguridad.
“La gente está preocupada, pero no tiene miedo”, aseguró Javier Rodríguez, de la Coalición 25 de Mayo que, a pesar de haber anticipado la asistencia de entre 100 mil y 200 mil asistentes en la marcha de Los Ángeles, se tuvo que conformar con una demostración menos tumultuosa.
Los manifestantes salieron a las calles a pesar de algunos consejos para posponer las marchas, de la declaratoria de emergencia nacional y de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó hace unos días la fase 5, que implica el inminente riesgo de una pandemia. Organizaciones antiinmigrantes como Americans for Legal Immigration aprovecharon la circunstancia para tachar a los inmigrantes como la fuente de continuas amenazas a la seguridad nacional y como “irresponsables” por manifestarse pese a las advertencias y riesgos de contagio.
“Vamos a insistir ante los medios y autoridades para que esta epidemia sea bautizada como gripe mexicana”, aseguró ayer William Gheen, el presidente de esta organización, quien se mostró escandalizado por la realización de las marchas y exigió la renuncia de la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, por negarse a cerrar la frontera con México.
Nada más conocer algunos pronunciamientos de este grupo de radicales antiinmigrantes, algunos se preguntaban si, acaso, la marcha de este 1 de mayo a favor de una reforma migratoria cumplió con su objetivo de llamar la atención de la administración Obama o servirá de pretexto a organizaciones antiinmigrantes y grupos de extrema derecha para acusar de irresponsables a sus organizadores e insistir con el cierre de la frontera con México.
“Las organizaciones antiinmigrantes, que hoy piden el cierre de la frontera, son las mismas que han exigido la construcción del muro fronterizo”, recordó Gloria Saucedo, de la organización Hermandad Mexicana. “Y con marchas o sin marchas ellos van a insistir en lo mismo”, añadió.
En defensa de la realización de unas marchas que registraron un seguimiento desigual, Juan José Gutiérrez aseguró que, dado que la Organización Mundial de la Salud no ha recomendado ni el cierre de fronteras ni la cancelación de partidos de futbol, misas u otros eventos, “consideramos que la marcha podría seguir adelante”.
Otros activistas argumentaron que, si la influenza ha generado una crisis, las redadas también lo son. Una “crisis humanitaria”, afirman.
Así, en Washington, cerca de un millar de personas se manifestaron frente a la Casa Blanca para reclamar que Obama presione por una amplia reforma migratoria. “La comunidad de migrantes vive una situación de tragedia agravada por la crisis económica. No tenemos para completar el pago del alquiler de vivienda, estamos perdiendo los empleos y estamos siendo arrestados por miles bajo las políticas migratorias que siguen vigentes”, se quejó Ricardo Juárez, director del grupo Mexicanos sin Fronteras, uno de los organizadores de la marcha en esta ciudad.
En Nueva York, migrantes de diversos países, pero en su mayoría latinos, se congregaron en dos eventos celebrados en Manhattan, al grito de “¡Cambio!”. “Obama, escucha, estamos en lucha”, coreaba la gente, que también pedía servicio universal de salud y “reforma migratoria ahora”. (Con información de agencias)
Comentario:
La presión debe ser para todos los políticos y no sólo con dedicatoria para Obama. Hay que recordarle a los migrantes y sobre todo a los mexicanos, que el presidente no es el todo poderoso como alguna vez fueron en México gracias al PRI. ¿O habrá que agradecer que se sentían todo poderosos los presidentes emanados del tricolor?
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