Transporte obligatorio amaga a colegios, dicen.

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La obligatoriedad en el uso del transporte para estudiantes llevará a la desaparición de algunos planteles privados de la capital, que desde ahora han comenzado a recibir la amenaza de abandono de los padres de familia que no están dispuestos a pagar el costo de esta medida.

José Manuel Velasco, presidente de la Confederación Nacional de Escuelas Particulares (CNEP), comenta que desde que se dio a conocer el decreto a través del cual el gobierno capitalino crea el Programa de Transporte Escolar (Prote) para el Distrito Federal, los directores de algunos planteles han sido advertidos del inminente cambio de escolares.

Aunque la medida, publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el pasado 3 de febrero, aplicará a partir del próximo ciclo escolar, ya existe preocupación en las familias. “Estamos haciendo encuestas con todas las escuelas, pero hay muchas, más de 20 que se han quejado de que más de 100 papás han avisado que si les subimos un peso van a dejar la escuela”.

Los planteles no podrían, dice, absorber el costo de la disposición oficial porque no tienen recursos para ello por lo que la confederación mantendrá reuniones con los directores a fin de armar una estrategia de defensa que podría ir más allá del amparo. Estima que para estacionar los 40 mil autobuses que serán necesarios poner a disposición de los planteles se requerirán 400 kilómetros de banquetas, si es que no se desea afectar el tránsito vehicular.

Por lo pronto las escuelas particulares afiliadas a la confederación pretenden hacer una campaña para disminuir el uso del automóvil entre los papás: “A lo mejor lo que tenemos que hacer es organizarnos mejor para hacer las rondas”. A todos, agrega, interesa la calidad del aire, “pero una obligación es un camino inadecuado”.

Para la Asociación Nacional de Padres de Familia la obligatoriedad de la medida es inadecuada porque al final impactará negativamente la economía de los papás. Francisco Javier Lara Estrada, presidente de la Asociación, explica: “Hay otras cosas que podrían revalorarse y corresponderían al estado, como la seguridad, mejorar las vialidades”.

Afirma que una colegiatura de nivel bachillerato en una escuela de regular calidad oscila entre los 2 mil 500 y 3 mil pesos mensuales y por lo menos 300 pesos adicionales por el transporte de media vuelta, es decir que sólo recoge al estudiante para llevarlo al plantel, pero no lo regresa a casa. Sabe del tema no sólo por presidir una institución sino porque su hijo de 17 años cursa el tercer grado de preparatoria en una escuela privada. Aunque la Asociación aún no hace pública su postura, tampoco comparte la medida. “Cada semana nos reunimos con coordinadores y hemos comentado, todo va en el mismo sentido, la situación económica no está para que se cargue más a las familias”.


Comentario:

Una solución temporal sería que el gobierno subdidiara por un tiempo el transporte, para que los padres de familia perciban los enormes beneficios, si es que los habrá.