Nuevos terroristas alemanes.

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Los organismos de seguridad de Alemania rompieron ayer una sabia discreción y admitieron, en una inédita campaña mediática, que Alemania está a punto de convertirse en el blanco de atentados terroristas, como los que sufrieron Madrid y Londres.

En sendas entrevistas, el jefe de la Oficina Federal para el cuidado de la Constitución, Heinz Fromm, y el ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, señalaron que el principal peligro proviene de los alemanes que se han convertido al islam y que decidieron ser soldados del profeta para llevar a cabo una “guerra santa” contra Occidente.

Es el caso de Eric Breininger, de 21 años, que decidió adoptar el nombre de Abdul Gafhar cuando se convirtió al islam, hace dos años. Desde entonces, Eric, alias Abdul, dejó de fumar y beber alcohol, ya no volvió a comer carne de cerdo y comenzó a orar cinco veces al día.

La metamorfosis del joven fue total, pero también radical. En poco más de un año, el introvertido Eric, un apasionado del futbol, de la ropa de marca y de los discos, se convirtió en el terrorista más buscado del país y su foto se puede ver ahora en todas las estaciones de ferrocarriles y aeropuertos de Alemania, un honor que sólo tuvieron hace ya varios años los temidos miembros de la Fracción del Ejército Rojo.

“La persona retratada es altamente sospechosa de ser militante de una organización terrorista”, señala el cartel de la Policía Criminal federal (BKA). “Cuidado… la persona puede estar armada y es violenta”.

Breininger desapareció de Neunkirchen, su pueblo natal, en el verano de 2007 y después de estudiar árabe en Egipto se unió al grupo extremista Unión para la Yihad islámica, que le dio instrucción militar en un campamento de Paquistán.

A comienzos del año pasado, los sabuesos alemanes descubrieron el rostro de Breininger en varios mensajes de propaganda del grupo terrorista que fueron difundidos a través de internet. El hecho que alarmó a los expertos en terrorismo fue que el joven apareció con el rostro descubierto, un gesto que lo catapultó a la lista de posibles mártires de la guerra santa, en una especie de guerrero dispuesto a dar su vida por la causa.

“Únanse a la Yihad, porque es el único camino que lleva al paraíso y, si no lo pueden hacer, donen sus bienes”, dice Eric en uno de los primeros mensajes dirigidos a sus compatriotas alemanes.

En el último, difundido a finales de octubre pasado, el joven terrorista utilizó un lenguaje más violento y denunció que su país estaba en la mira de los islamistas, a causa de la presencia del Ejército alemán en Afganistán y que él y otros combatientes habían decidido declarar la guerra a los “ocupantes”.

Desde entonces, los sabuesos no han vuelto a escuchar nada sobre Eric Breininger, alias Abdul Gafhar, pero varias versiones periodísticas han señalado que el joven terrorista regresó a Alemania vía Sarajevo y recordaron que el joven, antes de viajar a Paquistán, tenía estrechos contactos con el llamado “grupo de Sauerland”, una pequeña célula terrorista islámica que intentó volar varias instalaciones militares de Estados Unidos en el verano de 2007.

¿Cuántos terroristas alemanes conversos al islam existen en el país? Nadie lo sabe con exactitud y tampoco las autoridades germanas conocen el número exacto de alemanes que han decidido convertirse a la religión musulmana, una decisión que no los transforma automáticamente en terroristas. Pero la duda existe y en medios políticos ya se considera a los convertidos en una fuente importante de reclutamiento de potenciales terroristas.

Comentario:

Todo un problema el radicalismo religioso.