Italia se divide por el caso de Eluana.

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Un drama familiar convertido en un enfrentamiento político, con intervención del mismo Vaticano. Así podría describirse el caso Eluana, que tiene dividida a Italia.
Eluana Englaro sufrió un accidente automovilístico en 1992, a los 20 años de edad. Desde entonces, permanece en estado vegetativo. Los médicos han dicho que su condición es irreversible.

Bajo esas circunstancias, y argumentando que tal era el deseo de Eluana, el padre de ésta emprendió, y ganó, una larga batalla legal para desconectarle los tubos de alimentación. Esta semana, Eluana fue trasladada a la clínica La Quiete, que accedió a dejar de alimentarla después de que otras clínicas rechazaran acogerla por temor a represalias, dado que en Italia está prohibida cualquier forma de eutanasia. Los pacientes tienen, sí, derecho a rehusar tratamiento, pero no existe una ley que les permita dejar instrucciones adelantadas sobre el tratamiento que desean recibir si quedan en coma.

Ayer mismo comenzó la reducción de alimentación e hidratación artificiales y, según los médicos, Eluana podría tardar entre dos y tres semanas en morir.

Sin embargo, el primer ministro Silvio Berlusconi no se ha quedado de brazos cruzados y se ha enfrentado al propio presidente Giorgio Napolitano, con tal de evitar la muerte de Eluana. “Me sentiría responsable de una omisión de socorro a una persona en riesgo de vida”, dijo. Contradiciendo a los médicos, añadió que la mujer “podría incluso, hipotéticamente, tener un hijo y se encuentra en un estado vegetativo reversible, como hemos visto más de una vez”. Luego confesó haber leído un libro que lo dejó impactado, sobre un sujeto que estuvo 20 años en coma y despertó. “Es muy bueno, se lo recomiendo”, acotó.

Acto seguido, aprobó un decreto para prohibir que se dejara de alimentar a Eluana. El único problema es que el decreto debía ser aprobado por Napolitano para entrar en vigor, y éste se negó a hacerlo y exigió a Berlusconi no intervenir, señalando que Il Cavaliere está actuando inconstitucionalmente.

El Vaticano, en cambio, alabó la medida del premier como “valiente”. “Nos ha escuchado”, subrayó.

La negativa de Napolitano de firmar no amedrentó a Berlusconi, que convocó a un consejo de ministros extraordinario y convirtió el decreto en un proyecto de ley, que deberá ser aprobado la próxima semana por el Senado y que exige suspender el proceso de reducción de la alimentación e hidratación a Eluana. Según la prensa italiana, el proyecto señala que “la alimentación y la hidratación, como formas de soporte vital y fisiológicamente finalizadas a aliviar el sufrimiento, no pueden ser rechazadas en ningún caso por las personas o por quienes asisten a aquellos que no pueden valerse por sí mismos”.

Para la familia de Eluana, que lleva años luchando por poner fin al sufrimiento de su hija, lo que está ocurriendo resulta inconcebible, desesperante, y sólo alarga su tragedia. “Cuando Eluana deje de existir volverá a una dimensión humana, porque hasta ahora ha vivido en una dimensión inhumana. Mi hija ha sido violada, objeto de una violencia que ella habría definido como inaudita, inconcebible e inaceptable”, declaró Beppino Englaro, el padre. En entrevista para el diario Corriere della Sera, de la que han hecho eco otros medios, Beppino asegura que el lío judicial generado en torno a la situación de su hija obedece a que “los políticos no son capaces de afrontar este problema” ni de respetar la libertad de las personas.

El caso Eluana recuerda el de Terri Schiavo, la estadounidense que pasó 15 años en coma y que obtuvo el derecho a morir en 2005, tras una larga batalla legal.

Comentario:

No es posible que un sólo caso divida al país. ¿Es justo que viva en estado vegetativo?