DMZ ¿Corredor de la paz?

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Esta región, conocida por sus siglas en inglés como DMZ, es la última frontera de la guerra fría. Desde el observatorio de paz de Cheorwon, en Corea del Sur, apenas se ve una cerca sobre un río y, a la distancia, torres de comunicaciones y algunas construcciones de Corea del Norte.

El sueño de los surcoreanos es que esa frontera, sobre el paralelo 38, desaparezca algún día con la reunificación coreana. Mientras tanto, existe otro sueño más factible: el de transformar a la DMZ en una gran zona de paz, en un gran parque ecológico e incluso en un gran centro de desarrollo comercial, turístico e industrial, utilizando el capital y la tecnología surcoreanas y la mano de obra norcoreana.

En Corea del Sur sueños así no son imposibles. El país es hoy un sueño de progreso vuelto realidad, como vanguardia de alta tecnología (Samsung, LG, Hyundai, Daewoo), cuando en los años 50 era una de las naciones más pobres del mundo. La meta de las autoridades de la provincia de Gangwon, donde se asienta 58% de la DMZ, es lograr tal transformación.

A la zona se llega, tras un viaje de dos horas y media en autobús desde Seúl, luego de pasar controles militares y con la advertencia de no tomar fotografías ni hablar con soldados sin autorización expresa.

La DMZ es una zona de dos kilómetros al sur y al norte de la línea de demarcación militar establecida al fin de la guerra coreana, en 1953. Esa línea es una separación provisional, no una frontera permanente, que corre a lo largo de 248 kilómetros. El único punto de contacto entre militares de las dos Coreas es el área de seguridad conjunta (JSA) situada en Panmunjeom, cerca de la costa occidental de la península coreana. En una distancia de 100 kilómetros al norte y al sur de la línea de demarcación, ambas Coreas despliegan más de un millón de soldados cada una y sus más avanzados equipos militares.

Pero las fronteras militares no son las de la naturaleza y la DMZ tiene valor como un ecosistema único. La región tiene más de 2 mil 716 tipos de animales y plantas, 146 criaturas exóticas y 67 especies en peligro de extinción. El gobierno de la provincia de Gangwon, donde viven 3 millones de personas, busca hacer de la DMZ una atracción de clase mundial, en función de su ecología, historia y cultura.

“Cuando el problema nuclear de Corea del Norte parece avanzar hacia una solución pacífica, espero que la DMZ tomará una nueva función, transformándose a sí misma de una zona cerrada e inaccesible, en un centro de comunicaciones e intercambios”, dijo el gobernador de la provincia de Gangwon, Jin-sun Kim, a periodistas de Asia, en un encuentro al que asistió EL UNIVERSAL.

Kim habló de las estrategias de desarrollo sustentable en la DMZ: una es establecer el corredor de paz del pueblo coreano en preparación para la era de y reconciliación de la península; otra es desarrollar la DMZ como un destino turístico en el que se preservan los recursos naturales.

Un propósito es reparar el daño ambiental causado no por la industrialización, sino por la hostilidad entre dos regímenes opuestos que construyeron presas, el Norte la de Imnam, para cortar el flujo del río Han, y el Sur la de la Paz, para detener la corriente en caso de que la presa del norte fuera destruida, dice el mayor conocedor del área, Hahm Kwang Bok autor del libro El río estéril. Otra historia de la DMZ.

Kwang Bok nació en 1950 cuando estalló la guerra de Corea. “Esta región, sus aguas y sus tierras, han sido mi vida”, dice el hombre que ha buscado rescatar el ecosistema de la DMZ. A la pregunta de si es posible la reunificación, responde: “Es probable que a mediados del siglo actual la península coreana pueda ser reunificada”. Pero concluye: “Quién sabe si logre verlo”.


Comentario:

Pues mi voto va por que sea un corredor de la paz y más que nada como un sitio que nos recuerde hasta donde puede llegar la irracionalidad humana.