En política, el ejercicio del poder desgasta.

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Tiene ya más de 43 años en la actividad política. Acude a las palabras de Neruda y confiesa que ha vivido. Su más grande dolor, el pasaje más amargo, dice, es cuando tuvo que dejar el gobierno de San Luis Potosí después de ganar la elección en una proporción de dos a uno, “por el uso y abuso que hizo Carlos Salinas de Gortari del poder que le daba la que era Presidencia imperial. Él fue el que me pidió, me empujó a que abandonara el cargo”. Y agrega con una nostálgica sonrisa: “Bueno, así es este oficio”.

Hoy, Fausto Zapata Loredo intenta ser jefe delegacional en Coyoacán. Ya tuvo ese puesto hace dos décadas, por designación presidencial.

¿Renacido a las contiendas electorales para perder? —se le pregunta.

Mira, la política es riesgo. No puedes tener este oficio de político, dedicarte a él sin asumir los riesgos. Beatriz Paredes me propuso la candidatura. Calculé mis posibilidades. Tengo el más alto reconocimiento de nombre, así lo indican los sondeos. Y acepté con el riesgo que significa.

Enfrentas a poderosos adversarios…

Sí, sin duda. El PRD tiene un poder real, semejante al que el PRI ejerció en el pasado. La relación de simbiosis entre el PRD y el gobierno capitalino es efectiva, indudable. El PAN también tiene una fracción de poder en esta delegación.

El que a los 20 años de edad fue reportero de La Prensa que dirigía Manuel Buendía; a los 26, diputado federal, y hombre de poder en el sexenio echeverrista, y embajador en Italia y en China, habla sin prisa, expresa la madurez, la serenidad de quien está ya cerca de ser septuagenario, pero sin perder cierto aire juvenil.

Pero para ti, para el PRI en la delegación, en el Distrito Federal, pues no se ve difícil sino muy difícil.

Pero lo que ocurre en la política es que el ejercicio del poder desgasta. El PRD ya tiene 12 años de gobernar en la capital con resultados negativos. Sí, resultados magros. En el caso del PAN, con nueve años en la Presidencia.

Hay quienes critican la campaña del PRI. Dicen que Beatriz Paredes ha sido tibia, condescendiente con Calderón.

Beatriz es un ser racional, posee una alta inteligencia política probada en todos los cargos públicos que ha ocupado. Sabe medir las circunstancias, los tiempos. Y como presidenta del PRI ha demostrado una enorme responsabilidad. Entiende que los partidos, el nuestro desde luego, son parte del Estado Mexicano. No cae en el juego sucio, en las trampas. Responder a los vociferantes, pendencieros personajes del PAN que se han destacado por sus escandalosas declaraciones, sería caer en su juego.

Fausto Zapata Loredo. Lector Voraz. Dice que no tiene muchos, pero sí buenos amigos. Uno de ellos, Porfirio Muñoz Ledo. Acostumbran comer una vez al mes. “Un hombre de excepcional inteligencia, político de los pies a la cabeza, buen mexicano que hará un gran papel en la Cámara de Diputados. Pudo ser presidente de la República, pero la frivolidad de don Pepe López Portillo no le permitió ver más allá, apreciarlo cabalmente”.

Fausto Zapata era embajador en China, el entonces presidente electo, Carlos Salinas lo llamó. Le pidió que fuera a los países latinoamericanos en los que Porfirio Muñoz trataba de convencer a los jefes de Estado para que no vinieran a la toma de posesión. Su misión: contrarrestar esa operación.

Volvamos al presente. ¿La ciudadanía ya habrá perdonado al PRI?

¡Eso lo sabremos la noche del 5 de julio! —responde el hombre que confiesa que ha vivido, y se ríe, camina por Francisco Sosa, una calle que como todo Coyoacán se ha puesto el traje de noche…