Investigan banda de explotadores sexuales.

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Elementos de la policía municipal auxiliaron a una menor de 17 años que fue secuestrada en Paraíso, Tabasco, por una banda de presuntos explotadores sexuales.

Identificada como Jesenia, la adolescente explicó que sus captores la llevaron a un domicilio de Puebla, donde estuvo un tiempo y pudo constatar que en el lugar había al menos otras 15 menores en condiciones similares a la suya.

La jovencita logró escaparse de sus captores cuando la mantenían en una vecindad de la zona norte de esta ciudad, donde se encuentra la mayoría de bares, hoteles de paso y cantinas de Tijuana, y solicitó apoyo a los agentes que estaban cerca del lugar.

Refirió que tres sujetos la interceptaron hace unos 15 días en su lugar de origen y bajo amenazas la obligaron a subir a un auto Mustang donde la sedaron con “algún líquido”; despertó varias horas después, ya en la ciudad de Puebla, donde sus plagiarios le entregaron documentos a nombre de María Guadalupe Juárez Potrero.

Bajo amenazas

En sus primeras declaraciones, explicó que sus atacantes amenazaron con asesinarla si no seguía sus órdenes, y fue así como llegaron a Tijuana, donde inicialmente intentaron hacerla trabajar en un bar, pero el gerente se negó a recibirla por su apariencia de menor de edad.

De ahí la trasladaron a una vecindad, donde estuvo a cargo de una mujer que se ostentaba como su hermana, a quien identificó con el nombre de Rubí y que era la encargada de cuidarla.

En un descuido de la mujer, Jesenia aprovechó para escaparse, ubicar a la policía y pedir auxilio.

El director de la corporación, Martín Gustavo Huerta Martínez, hizo la primera entrevista a la jovencita, y ordenó que el caso fuera turnado al Ministerio Público Federal para su investigación, mientras la adolescente quedaba bajo custodia.

Impunidad

El asunto, advirtió el director de la Coalición Binacional contra la Trata y Explotación, Jorge Bedoya López, es una muestra de lo que ocurre en el país y en particular en Tijuana, considerada punto de llegada o de partida hacia Estados Unidos, donde hay demanda de niños y mujeres para ser explotados sexualmente.

Bedoya exigió a las autoridades de todos los niveles que investiguen este caso hasta llegar al fondo e identifiquen a los responsables. Advirtió que por la descripción que la jovencita hizo de su odisea, podría tratarse de una banda organizada que se sabe existen en toda la República.

Mencionó que los integrantes de estas bandas acostumbran engañar a sus víctimas, principalmente adolescentes y mujeres, a quienes reclutan mediante la promesa de empleos bien remunerados, entre otras ventajas para que acepten ser trasladadas fuera de sus lugares de origen y así esclavizarlas.

Ganancias millonarias

El director de la Coalición Binacional contra la Trata y Explotación criticó que en muchas ocasiones han denunciado la existencia de este delito, de la presencia de bandas criminales que obtienen ganancias de miles de millones de dólares, pero no ha habido seguimiento a fondo a casos que ocurren, aunque sí han dado algunos resultados.

El problema se ve de manera aislada, pero como en el caso de Jesenia, alguien tuvo que “engancharla”, alguien la trasladó y alguien más intentó “venderla”, advirtió el activista.

“Es un tema que merece nuestra atención y se requiere un trabajo más a fondo para identificar mejor el problema”, dijo Bedoya López al explicar que precisamente los estados del sureste del país son los principales puntos de salida de víctimas de explotación sexual comercial.

Estimó que en todo el país hay por lo menos 50 mil mujeres y menores que son explotados y hasta esclavizados por bandas criminales. “Las ganancias son tan cuantiosas, que hay muchos intereses detrás, igual que en los temas de tráfico de drogas y armas”, agregó.