Obama nos va a decepcionar irremediablemente: Krauze.

Entrevista:


El director de Letras Libres bromea con el reportero acerca del color amarillo-mostaza de las corbatas de ambos: “Se me hace que tú y yo le vamos al mismo partido”. Está visiblemente feliz pero sobre todo luce orgulloso de la revista que ha editado durante 10 años. “Una de las portadas que más me ha gustado es la de los fanatismos de la identidad, que trae la imagen de un cubo de rubik, porque creo que es muy sutil y clara; también me dejó muy satisfecho la que hicimos sobre la diversidad y la pluralidad; era un salvavidas de colores. Lo que pasa es que me gusta la pluralidad y la diversidad, no creo en la unidad ni en la homogeneidad”, cuenta.

Al término de la conferencia para festejar el décimo aniversario de Letras Libres, el historiador se abre un espacio para conversar con EL UNIVERSAL. Hablará de las portadas de la revista, del talentoso equipo que la ha armado y de la necesidad de alentar debates de ideas en los medios de comunicación. Pero también de Barack Obama, el personaje que tiene fascinada a una buena parte de la humanidad. “En el mundo sólo hay cuatro personas que no se sienten entusiasmadas con Obama, y yo no soy una de esas cuatro”, comenta con un humor contenido.

A juicio de Krauze, el primer presidente negro de Estados Unidos ha generado tantas expectativas que será prácticamente imposible tener contentos a todos. “Hace 2 mil años que no se veía una unanimidad de tal magnitud; me sorprende el carácter realmente redentor de un hombre con demasiado peso, y eso nos va a tener que decepcionar, irremediablemente”, apunta.

También comenta que la asunción de Obama al poder, al gran poder que significa gobernar el país más poderoso del mundo, es relevante en términos globales porque demuestra que el racismo va cediendo frente a tendencias históricas liberales.

“Los orígenes, la trayectoria y la ética de Obama son cosas que nos devuelven la fe en que la democracia funciona, que dan pie a una renovación política pero también de pensamiento; y demuestran que la humanidad tiene fuentes inagotables de energía, y no me refiero al petróleo, sino a la creatividad y a la imaginación”.



Que la TV aliente discusión de ideas

Krauze considera que Letras Libres es todo menos una revista de un solo hombre. Y recuerda lo que en alguna ocasión le escuchó decir al escritor argentino Jorge Luis Borges: una revista la hace un grupo de amigos, para estar a favor o en contra de algo, y si una publicación no hace ninguna de estas dos cosas, entonces no es una revista sino una antología. “Y espero que no seamos una antología”, dice el escritor.

En Letras Libres han escrito mil 300 autores y se han publicado 4 mil 300 artículos. Ha sido una década donde indudablemente se han discutido muchos de los temas más relevantes de las esferas cultural y política.

Por eso, durante la entrevista con este diario, dedica una reflexión sobre el papel que están jugando los medios en la generación de debates de ideas:

“Con toda franqueza creo que hace falta que algunos medios intervengan de manera mucho más activa en este asunto; la prensa está haciendo su trabajo, de veras lo digo, eh; la radio también está en eso un poco, pero los medios masivos, como la televisión, deben buscar el modo de que la discusión de los grandes temas nacionales incorpore muchas más voces, más voces internacionales, y que tenga formatos mucho más atractivos”.

Enrique Krauze también apunta que algunos programas que transmite la televisión de Estados Unidos están alentando discusiones de gran calado, mientras que en México aún se sigue reproduciendo el antiguo formato de “poner a platicar a tres personas inteligentes”. Y esto, dice, ya no funciona. Habrá que buscar nuevos esquemas.



Un trabajo en equipo

Enrique Krauze es enfático cuando habla del equipo de trabajo que hace Letras Libres. Elogia a Guillermo Sheridan, a Ricardo Cayuela, a Christopher Domínguez, a Fernanda Solórzano, a Humberto Beck, a José de la Colina… y a muchos autores que han pasado por las páginas de esta publicación mensual.

Y se entusiasma mientras sigue recordando ediciones que le han dejado la sensación del deber cumplido: “Como aquella de ideas para la izquierda, la que tenía un foco; otra que me gustó particularmente fue en la que hablamos de la presencia de mexicanos en Estados Unidos, cuando pusimos una tortilla y adentro de la tortilla el mapa de Estados Unidos. Me gustó la primera portada sobre el zapatismo y no estuvo mal la que le dedicamos al candidato del PRD, López Obrador”.

Quienes lo conocen aseguran que Krauze pone especial cuidado en las portadas de su revista. Él no lo niega: “Siempre les pido a los ilustradores que tengan en mente una ilustración que le llame la atención a la gente, que al verla en el puesto, diga: ‘es bonita y atractiva, la quiero comprar’. A mí a veces se me ocurren portadas llenas de elementos y eso a veces no funciona, la portada debe ser simple, llamar la atención de golpe”.

Comentario:

Le asiste la razón a Krauze: demasiadas expectativas en un sólo hombre: Obama.