Para septiembre, está anunciada una visita del Dalai Lama a México. Ségún los observadores y analistas políticos, esto podría significar un problema diplomático para el Gobierno del Presidente Felipe Calderón. ¿Por qué? Porque el líder espiritual es considerado por el Gobierno Chino como separatista. La zona donde radica el Dalai Lama fue invadida por China en 1949 y desde entonces está bajo su control político.
Reza un slogan: a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios. ¿que tan aplicable a la realidad puede ser este refrán? Si para quienes hablan de espíritu y no les interesa la política, ¿por qué habría importarles quien gobierna su región o país?
¿Pero que pasa si una especie de nuevo Hitler gobierna un país y prohibe determinada religión? ¿A dios lo que es de Dios y a Hitler lo que es de Hitler?
Y hablando de realidades: el presidente Calderón dijo cuando estaba en campaña que México debe determinar con absoluta autonomía con quién se reúne. Hoy, ya es presidente y Calderón no ha respondido a la invitación de reunirse con el Dalai Lama.
Es otra oportunidad para ver la habilidad de nuestro Primer Mandatario. A ver de que cuero sale más correa.
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