China expresa a Japón su malestar por permitir la visita de la líder uigur en el exilio.

Noticia:


El Gobierno chino ha convocado al embajador japonés en Pekín para expresar su "fuerte malestar" por la visita a Japón de la líder uigur en el exilio Rebiya Kadeer, que ayer viajó a Tokio, donde se entrevistó con miembros del partido en el Gobierno. Esta mujer, a la que Pekín acusa de estar detrás de los disturbios de principios de este mes en la provincia china de Xinjiang, ha denunciado hoy que 10.000 uigures, una etnia china de fe musulmana y habla de origen túrquico, desaparecieron durante las protestas, por lo que ha pedido una investigación internacional.

La visita de Kadeer a Tokio ha enojado a las autoridades chinas. Por ello, el viceministro de Exteriores chino, Wu Dawei, ha convocado al embajador japonés, Yuji Miyamoto, para expresarle el "fuerte malestar" por la visita y para "pedir al Gobierno japonés que actúe para evitar que Kadeer lleve a cabo en Japón actividades separatistas o en contra de China". Pekín también ha expresado su descontento a Australia, donde la líder uigur tiene previsto viajar la semana que viene, según informa la cadena británica BBC.

Kadeer, de 62 años, es la líder del Congreso Mundial Uigur, vive exiliada en EE UU y China la acusa de ser responsable de las protestas de comienzos de mes, algo que ella niega. Las tensiones étnicas entre las comunidades han (china) y uigur estallaron el pasado 5 de julio tras un incidente en una fábrica. Los enfrentamientos entre ambas poblaciones y la represión de la policía china dejaron cerca de 200 muertos, según cifras oficiales chinas.

Miles de muertos

En su segundo día de visita privada a Japón, Kadeer ha denunciado que los muertos "quizá" sean miles. Ha afirmado que "cerca de 10.000 personas [uigures] desaparecieron en Urumqi (capital de Xinjiang) en sólo una noche" durante los disturbios, basando la cifra en testimonios de habitantes de la ciudad recabados por exiliados uigures. "Si están muertos, ¿dónde están sus cuerpos? Si están detenidos, ¿dónde están", se ha preguntado, para después acusar al Gobierno chino de querer "aplastar" al pueblo uigur.

Ha negado ser responsable de los disturbios de Urumqi, retando a Pekín a aportar pruebas. A su juicio, "la responsabilidad es de las autoridades, que convirtieron una manifestación pacífica en violentos enfrentamientos" al enviar a la policía con orden de disparar. Por todo ello, ha pedido el envío a Xinjiang de una "misión de investigación independiente que arroje luz sobre lo que pasó" y ha criticado a EE UU por su pasividad.