Entrevista:
El País de España.
La reducción de un tercio de las cosechas de opio causada por un hongo puede convertirse en un nuevo elemento de riesgo en la estrategia militar estadounidense en Afganistán. El director de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Antonio Maria Costa, en conversación telefónica desde Nueva York, ha explicado que se ha extendido entre los agricultores locales la idea de que la infección no es un fenómeno natural sino causado por la presencia militar y el uso de sustancias químicas.
Pregunta. En el último informe publicado por la Agencia se preveía una producción estable para 2010. ¿La aparición del hongo es reciente? ¿Es la primera vez que ocurre?
Respuesta. La infección ha aparecido en las últimas semanas. Suele producirse en primavera y ya pasó en 2004-2005, pero la diferencia importante es que, mientras en ese entonces afectó al norte, ahora ha afectado a las zonas del sur, en particular las provincias de Helmand y Kandahar, donde se concentra la producción. El daño es más alto.
P. ¿Qué reducción estimáis y cuáles son las zonas más afectadas?
R. En todo el país hemos estimado una reducción de la producción de un 25-30%, sobre todo en el sur. En la provincia de Helmand la reducción puede llegar al 50%, en Kandahar a un 20%.
P. ¿Puede tener consecuencias en términos de aumento del precio a medio y largo plazo?
R. Creemos que el aumento fortísimo que se está registrando en el precio, de un 60%, no está justificado por la reducción de las cosechas. Porque aunque se hayan perdido unas 2.000 o 3.000 toneladas, Afganistán sigue produciendo una cantidad de opio superior a la demanda global. No hay escasez. Pero hablamos del precio para los agricultores, el llamado farm gate price, y ésta es la reacción de quienes ven el propio producto destruido en su totalidad o en parte. Pero creo que habrá consecuencias sobre el aumento del precio a medio y largo plazo.
P. ¿La subida en el precio puede beneficiar a los talibanes?
R. La subida puede beneficiar a quienes tienen los inventarios. Automáticamente tendríamos una revaluación del valor de las existencias. Si el precio se mantiene alto o la infección se extiende a otras provincias, los talibanes podrían verse beneficiados porque tienen grandes cantidades en sus manos, ya que el 90% de la producción se encuentra en las zonas que controlan o sobre las que tienen influencia.
P. ¿Qué consecuencias va a tener para la estrategia militar estadounidense?
R. Entre los agricultores se ha extendido la idea de que la infección no es natural sino causada por la presencia militar y el uso de agente químicos. No creo que sea verdad, pensamos que es un fenómeno natural. Pero si los agricultores pierden sus rentas y siguen creyendo que la propagación de la infección se debe a la presencia de los militares, esto se convertirá en un riesgo estratégico. Podrían verse tentados a alistarse en las filas talibanes.
P. ¿De qué forma se puede gestionar la reducción de la producción en el marco de la estrategia norteamericana?
R. Si esta crisis en el mercado del opio -bienvenida porque la reducción de la producción siempre es bienvenida- sigue, si se ofrecen microcréditos y subsidios a los agricultores a cambio del compromiso de que no regresarán a ese cultivo, esto podría convertirse en un factor positivo.
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