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Unos 200 comuneros afectados por la construcción de la presa Picachos marcharon sobre la carretera internacional México 15, por lo que estrangularon la circulación vehicular durante más de seis horas.
Los inconformes, que fueron desplazados de las comunidades Puerta de San Marcos, San Marcos, Casas Viejas, Copales, Las Iguanas y El Placer exigieron la indemnización por sus predios y servicios en los asentamientos donde fueron reubicados.
Al filo de las 10:00 horas partieron del puente de Urías, comunidad ejidal de Mazatlán, y caminaron a paso lento 16 kilómetros hasta llegar al aeropuerto internacional Rafael Buelna.
Cuando les faltaba un kilómetro para arribar al aeropuerto hicieron un descanso de casi una hora para comer. Al lugar llegaron pescadores de Playa Norte, que les ofrecieron comida y se unieron a su movimiento.
María del Rosario Alapizco, quien encabeza a los comuneros, advirtió que nadie los detendrá en su demanda de justicia, por lo que seguirán con las manifestaciones, “pues la gente clama justicia y ya es tiempo de que los escuchen las autoridades”.
Ejercen presión
Informó que la presencia de ellos en el aeropuerto es hacer presión, no bloquear esa vía de comunicación “sólo queremos que los viajeros se den cuenta de lo que nos está pasando”. Al arribar al aeropuerto, éste ya se encontraba rodeado de agentes federales, quienes resguardaban los accesos e interrogaban a toda persona que llegaba su motivo de visita.
Los comuneros no entraron al lugar, estuvieron un par de horas apostados por los lados, para que los viajeros se enteraran de su movimiento.
“Precio injusto”
Del plantón que mantienen en la Zona Dorada, y que ya va por su cuarta semana, María del Rosario Alapizco dijo que seguirá y anunció que radicalizarán sus acciones de protesta.
El gobierno, comentó, quiere pagar las tierras a un precio bajo, “cosa con la que no estamos de acuerdo, pues muchos de ellos dependen sólo de esas tierras, las sembraban y hoy en día se quedaron sin trabajo y sin casa y no quieren irse a probar fortuna a Estados Unidos”.
Hace tres años, unos 3 mil comuneros fueron advertidos de que serían reubicados, por la construcción de la presa Picachos, en los límites de la sierra de Mazatlán y Concordia.
La mayoría no estuvo de acuerdo y comenzaron un movimiento de resistencia, que se agudizó el mes pasado cuando un grupo de inconformes, que mantenían un plantón para impedir el cierre del túnel de desvío, fue desalojado con gases lacrimógenos por elementos de la Policía Federal Preventiva y la Estatal Preventiva.
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