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Ninguna agresión había llegado tan lejos. Lo común era que él y su pareja sólo recibieran insultos y palabras despectivas de otras personas, hasta que el pasado domingo 14 de marzo cuatro sujetos los interceptaron en la calle Londres, en la Zona Rosa, en la delegación Cuauhtémoc, donde los abofetearon y amenazaron.
Miguel y su novio sólo iban tomados de la mano por la calle cuando esos sujetos los golpearon. Los autores de la agresión hasta se dieron tiempo para reivindicar esa vejación frente a sus víctimas, a nombre de un grupo llamado “Justicia Ciudadana”.
El temor empeoró cuando Miguel y su pareja observaron un video contenido en una memoria USB que les fue entregada por los propios agresores, en el que, entre otras expresiones de odio, se advierte que los homosexuales no deben existir.
“Tenemos confirmados tres casos y estamos investigando uno más que, según refiere una de las víctimas, le pasó a uno de sus amigos. Ese grupo denominado Justicia Ciudadana busca a las parejas aisladas de los puntos de encuentro de la comunidad gay para evitar una posible defensa”, comenta Fernando Ruiz, presidente del Consejo para la Ley y los Derechos Humanos, A.C.
Para este defensor de los derechos humanos, esa campaña de homofobia se acentuó a raíz de la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo en la capital, así como de la posibilidad de que puedan adoptar niños.
Menciona que en los últimos días se ha detectado la actividad de ese grupo agresor, el cual está integrado por hombres fornidos mayores de 30 años, quienes abofetean a los afectados y luego les entregan una memoria USB que contiene amenazas en video.
Calle Londres, el escenario
A sus 20 años, Miguel nunca pensó en sufrir una agresión de este nivel y relacionada con sus preferencias sexuales; experiencia que decidió relatar a EL UNIVERSAL: “Fue en la noche, eran como las 10, ya casi no había gente; estábamos mi pareja y yo caminando cerca del Museo de Cera. Como era día de puente y no teníamos nada qué hacer, pues salimos a dar la vuelta”.
“Entonces fueron cuatro tipos los que se nos pararon enfrente. Nos empezaron a insultar, a decirnos muchas groserías, nos abofetearon a los dos, y continuaron los insultos. Nos dejaron un USB y se fueron. Nos espantamos mucho, y aún más cuando vimos el video”, expresa.
El joven recuerda que pasaron muchas cosas por su cabeza. Aunque su primera impresión fue la de un asalto, al escuchar los insultos se dio cuenta que era otra situación. “Creí que sacarían una navaja o una pistola. Nos quedamos en shock”.
Acudió al Consejo para la Ley y los Derechos Humanos, A.C., luego de buscar ayuda por Internet. Entregó a Fernando Ruiz la USB como evidencia.
Asegura que hasta ahora no sabe qué hacer. “Si ponemos la denuncia y vamos al Ministerio Público, puede ser que nos discriminen por ser gay o no la tomen mucho en cuenta. Tengo otros dos amigos que sufrieron lo mismo. Me da miedo de que esto siga ocurriendo; entiendo que a lo mejor la gente está molesta, pero no tienen por qué hacer eso, nosotros tenemos derechos como todo mundo”.
El trauma le ha durado desde el 14 de marzo: “Tengo miedo por mí, por mis amigos, por todas las personas que conozco; espero que las autoridades hagan algo. Yo he prevenido a mis amigos”.
Ante la posibilidad de que algunas personas crean que esto es algo armado, les responde: “¡Esto no es algo armado, es algo que en realidad me pasó a mí, y puedo dar mi testimonio de lo sucedido a cualquier persona!”, asegura Miguel.
La Procuraduría del Distrito Federal afirma que hasta el momento no tiene denuncias relacionadas con homofobia ni con alguna agresión o amenaza de otro tipo contra la comunidad gay; sin embargo, las autoridades afirman que estarán atentas y que las personas afectadas pueden iniciar averiguación previa por amenazas o lesiones en cualquier agencia del Ministerio Público.
Amenazas en video
EL UNIVERSAL tiene en su poder copia de dos de los videos contenidos en las memorias USB entregadas a dos de las pareja agredidas. Los dos contienen tomas del monitor de una computadora en la que se suscribieron los mensajes.
El primer mensaje es una toma única del monitor, con insultos a la comunidad lésbico-gay y una advertencia: “Cada joto que sea sorprendido besándose en público, haciendo joterías en público, será castigado severamente para que ningún otro joto desviado lo intente. Cerdos miserables, no deben existir”.
El segundo video que venía en la memoria presenta una serie de imágenes de la familia tradicional y otras sobre parejas de personas del mismo sexo, mostrando a estas últimas como una aberración. También cierra con una advertencia: “Nosotros les romperemos la madre”, y luego el pronunciamiento: “No a los matrimonios gay”.
Fernando Ruiz, presidente del consejo, asegura que se trata de algún grupo ultraderechista, muy cobarde porque se acredita bajo el nombre de Justicia Ciudadana, organización que no ha podido ser rastreada por ninguna parte.
Dice que se ha detectado un grupo con ese nombre que afirma que ha ejecutado a zetas, pero que nada tiene que ver. Existe otro, en el estado de Puebla, que tampoco está relacionado, por lo que intuye que es un grupo pequeño e inexperto que no sabe cómo llegar a los medios de comunicación y deja este tipo de mensajes a parejas de personas del mismo sexo.
Lo que preocupa, dice, es la réplica y que se escale la violencia, pues en uno de los casos, de las bofetadas pasaron a los golpes. “Hay que tener cuidado. Nosotros como ONG estamos mandando brigadas a la Zona Rosa para rastrearlos”.
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