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La policía antimotines atacó ayer a cientos de manifestantes con gas lacrimógeno y disparó balas de plomo al aire para dispersar una protesta en el centro de Teherán, cumpliendo así la advertencia de la Guardia Revolucionaria de que aplastaría cualquier nueva protesta opositora. Al mismo tiempo, Reza Cyrus Palahvi, hijo del derrocado sha, dijo que ha llegado la hora de Irán.
Algunos testigos dijeron que helicópteros rondaban el área mientras unos 200 manifestantes se reunían en la plaza Haft-e-Tir, pero cientos de policías antidisturbios disolvieron rápidamente la concentración e impidieron que se formaran más grupos.
En la estación de metro de Haft-e-Tir, la policía no permitía que nadie se quedara quieto, pedía a la gente que continuara caminando y separaba a los que iban juntos, dijeron testigos. Justo antes de los enfrentamientos, una mujer iraní dijo que había una fuerte presencia de policías y efectivos de seguridad en otra plaza del centro de la ciudad. “Hay una presencia policial masiva, masiva, masiva”, le dijo la mujer por teléfono. “Su presencia realmente era intimidante”.
En una declaración colocada en su portal de internet, la Guardia Revolucionaria había advertido a los manifestantes que estuvieran “preparados para una resolución y una confrontación revolucionaria con los guardias, el Basij y otras fuerzas de seguridad y disciplinarias” si prosiguen con sus manifestaciones casi diarias. En su comunicado, la Guardia Revolucionaria ordenó a los manifestantes que pongan “fin al sabotaje y los disturbios” y dijo que su resistencia es una “conspiración” contra Irán.
Pero los seguidores del líder opositor Hussein Moussavi convocaron a una manifestación de luto por los muertos durante las protestas de los últimos días, por los resultados de las elecciones del 12 de junio que dieron la victoria al presidente Mahmud Ahmadineyad. Ayer se esperaba que los manifestantes encendieran las luces de sus automóviles y llevaran velas negras con bandas verdes.
Pugna interna
El periódico árabe Al-Sharq Al-Awsat informó sobre posibles indicios de una pugna interna en la cúpula política iraní, citando a informantes anónimos de “altos cargos” en Teherán. Según las informaciones, el ex presidente Ali Akbar Rafsanjani lleva a cabo conversaciones con importantes líderes religiosos, presuntamente para conseguir su apoyo para un plan que limite los poderes del líder supremo Ali Khamenei.
A tono con estas señales de división, Reza Cyrus Palhavi, el hijo del Sha Mommahmed Reza Palhavi, derrocado en 1979 por la revolución Iraní, mostró ayer su confianza en que ha llegado “la hora de Irán” de derrotar al régimen islámico, tras años de intentos fallidos. En una emotiva comparecencia ante los medios, el príncipe iraní, que vive desde 1984 en EU, dijo que las protestas son “un grito por la libertad y la democracia” y que se trata “casi de un clima revolucionario”.
Por su parte, Abbas-Ali Kadkhodaei, portavoz del Consejo de Guardianes, negó informaciones que señalaban que el organismo comprobó irregularidades en las elecciones, como había anunciado el canal de televisión iraní Press TV en su página electrónica
La UE responde
La Unión Europea rechazó ayer las denuncias iraníes respecto a que algunos de los grandes miembros del bloque están intentando derrocar al gobierno en Teherán. En un comunicado conjunto, el bloque dijo que “considera que las acusaciones hechas por varias autoridades iraníes contra la UE sobre la interferencia europea en las elecciones iraníes son infundadas e inaceptables”.
El máximo representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana, reiteró la exigencia del bloque de que “sea respetada la voluntad del pueblo iraní”.
En tanto, la Oficina de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña anunció que, debido a la persistente violencia, está retirando del país a los familiares de su personal en Irán. Agregó que no recomienda que los ciudadanos británicos dejen el país, pero confirmó que está siguiendo la situación con “extrema atención”.
En Roma, el Ministerio de Relaciones Exteriores dijo estar dispuesto a abrir su embajada en Teherán a los manifestantes heridos, mientras la presidencia de la UE pidió a los Estados miembros que estudien convocar a los embajadores iraníes para protestar contra las acusaciones de las autoridades de la república islámica de interferencia occidental.
En este contexto, Teherán evaluaba ayer la posibilidad de expulsar a los diplomáticos de los países occidentales que considera interfieren en sus asuntos.
Comentario:
¿Qué tan bueno resulto el gobierno revolucionario, después de la caída del Sha?
Coronavirus, la amenaza esta ahí afuera
Hace 4 años
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