Rousseff y Serra se enfrentan a Lula por los impuestos

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La polémica sobre la alta carga tributaria de los brasileños, que se aproxima al 40%, la más alta de los países emergentes y de las más altas del mundo, ha enfrentado por primera vez al presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, y a su candidata para sucederle, Dilma Rousseff. Curiosamente, el principal candidato de la oposición, José Serra, está de acuerdo en este punto con su adversaria política.

Lula ha recalcado que no puede existir un Estado fuerte, con recursos para invertir en políticas sociales, con una carga tributaria de un 10%. "Sin una política de impuestos altos no existe Estado. Basta recorrer el mundo para ver que los países que tienen mejores políticas sociales son los que tienen una carga tributaria más elevada, como Estados Unidos, Alemania, Francia, Suecia o Dinamarca. Los que tienen una carga tributaria baja carecen de condiciones para hacer una política social", dijo el miércoles Lula en Brasilia.

No piensa así la candidata oficialista para las presidenciales de octubre. Ante 400 integrantes del Forum Empresarial de Goiás, Rousseff habló de la urgencia de una profunda reforma tributaria y abogó por una drástica disminución de impuestos.

Según la ex ministra, antes de que se llegue a aprobar una reforma tributaria, que quizás requiera una reforma de la Constitución, se debería empezar a rebajar impuestos, por ejemplo reduciendo a cero la tasa sobre las exportaciones, así como reducir el coste de los contratos laborales para los empresarios, aunque con la aportación del Estado para no quebrar la Seguridad Social. También deberían reducirse, según Rousseff, los impuestos sobre los medicamentos y la energía eléctrica. Además, se ha comprometido, si gana las elecciones, a reducir a niveles internacionales los intereses, que también son de los más altos del mundo.

Según la candidata apoyada por Lula, el sistema tributario brasileño "es caótico, confuso y poco transparente". Se ha preguntado: "¿Es verdad que nadie sabe cuántos impuestos paga?" Y ha respondido: "Sí, es verdad".

Para el candidato opositor, que en este punto se ha aliado con su contrincante, "nunca se han pagado en Brasil tantos impuestos como ahora". Además, Serra ha recordado que los que más impuestos pagan, sobre todo indirectos, son los más pobres: por ejemplo, un 53% en la mantequilla y un 20% en dos productos básicos de las familias menos pudientes: arroz y frijol. Según Serra, el Gobierno ha recaudado ya este año 500.000 millones de reales, mientras acaba de anunciar recortes en áreas esenciales como la educación y la sanidad.

De acuerdo con datos publicados el miércoles por el diario O Globo, quien gana hasta 1.000 reales (450 euros) tiene una carga tributaria del 54%, mientras que los que ganan más de 15.000 reales pagan el 29%. Es decir, quien gana hasta 1.000 reales gasta en impuestos lo equivalente a 192 días de trabajo, mientras quienes ganan más de 10.000 reales deben trabajar 102 días para pagar los impuestos, casi la mitad.

Mientras tanto, vuelven las especulaciones sobre el futuro del carismático Lula. Los últimos rumores apuntan a que podría presentarse de nuevo en 2014. Se piensa que, si este año ganara su candidata Rousseff, ella misma se retiraría en 2014 para darle paso. Cuando los periodistas abordan este tema, ella contesta siempre lo mismo: "Lula me ha prohibido responder a esta pregunta".