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El impacto de la crisis de deuda de la eurozona en la recuperación de la economía internacional y el riesgo de volver a la recesión, tal y como ha advertido hoy el G-20, ha vuelto a disparar las alarmas en los mercados. La hipersensibilidad de los inversores hace que cualquier mala noticia sea recibida con la huida masiva de las posiciones en euros, que ha bajado a 1,20 dólares por primera vez en cuatro años, y la salida de los valores vinculados a los países de la Unión Monetaria con mayores problemas de déficit, entre ellos España.
Pese a abrir en verde, las advertencias que llegaban desde la reunión del G-20 en Corea del Sur y la señal de alarma que ha lanzado el Gobierno húngaro sobre la "grave situación" del país, que no pertenece al euro, y la denuncia de que el anterior Ejecutivo "mintió" en sus cuentas públicas han avocado a los parqués a un nuevo correctivo. Tampoco ha ayudado a calmar los nervios el dato de empleo de Estados Unidos, que aunque ha creado 431.000 puestos de trabajo en mayo, está por debajo de lo previsto.
Ante este horizonte de más problemas y deterioro económico, la prima de riesgo española ha marcado un nuevo máximo desde la puesta en marcha del euro, se ha disparado la cotización de los seguros por impago en su contra -medio punto porcentual en apenas una jornada hasta los 300 puntos básicos- y el Ibex 35 ha dicho adiós al soporte de los 9.000 puntos y tocaba su nivel más bajo desde abril de 2009. Tras la apertura a la baja en Wall Street, ampliaba las caídas al 3,8% y se situaba en 8.923 enteros, lo que le situaba de nuevo al frente de las pérdidas en Europa.
Por quinto día consecutivo, la prima de riesgo española, que es la diferencia entre la rentabilidad que se exige a los títulos de deuda a 10 años del Tesoro frente a los alemanes y que permite evaluar la confianza del mercado en la situación financiera del país, ha vuelto a marcar un nuevo máximo. Ni las nuevas medidas de recorte del déficit ni la confirmación de que habrá reforma laboral haya o no acuerdo entre sindicatos y patronal, han permitido que amaine la tormenta.
35 puntos básicos en una semana
Del lunes a hoy, la prima de riesgo de España ha remontado 35 puntos básicos hasta alcanzar los 196 en una espiral de ventas iniciada por la rebaja de la nota de solvencia anunciada el pasado viernes por Fitch. La razón de este encarecimiento hasta sus niveles más altos desde la puesta en marcha del euro y que, de seguir así, amenaza con situar el diferencial por encima de la cota psicológica de los 200 puntos básicos en las próximas jornadas está en la combinación de dos factores. Por una parte, en el hecho de que, ahora que hay nuevas medidas de recorte del gasto, han aumentado las dudas sobre su recuperación económica, lo que aumenta la sensación de riesgo de invertir en deuda española. Por otra parte, en la desbandada de los inversores hacia valores refugio como los bonos alemanes. Por este motivo, frente al interés del 4,5% que exigen a España, a Alemania le basta con ofrecer un 2,5%.
Pese a que la rebaja en la calificación de España en un peldaño hasta AA+ no supone, ni de lejos, una posibilidad de impago y sigue siendo una nota alta, el castigo que están sufriendo sus bonos es mucho mayor que el de países que tienen un rating claramente inferior. El fenómeno es extensible a Grecia y Portugal; aunque también está afectando a Italia, cuya prima de riesgo ha marcado hoy un máximo anual sobre los 160 puntos básicos. A nivel europeo y en lo que respecta a los mercados de deuda, el anuncio del multimillonario fondo de ayuda de emergencia al euro de 750.000 millones de la UE y el FMI ha tenido el mismo efímero efecto que las medidas de ajuste anunciadas en España.
La principal consecuencia de la subida de la prima de riesgo es que modifica de forma directamente proporcional -cuando más alta, más interés y, por lo tanto, peor- las condiciones de financiación de las administraciones públicas. Por extensión, este endurecimiento del crédito se deja notar en el conjunto de las entidades del país.
El Ibex pierde los 9.000 puntos
Las dudas e incertidumbres sobre la economía de España también se están notando en los mercados de renta variable, donde su principal índice, el Ibex 35, se muestra incapaz de sumarse a las ganancias del resto de Europa cuando toca subir, tal y como sucedió ayer, al mismo tiempo que copa las primeras plazas cuando de pérdidas se habla.
Los descensos de dos de sus principales valores, el BBVA (6%) y el Santander (4,8%) tras la decisión de Morgan Stanley de rebajar su precio objetivo desde los 12 a 9 euros para la entidad que preside Francisco González y del 11 a 9 euros para el banco que preside Emilio Botín, está tirando a la baja del conjunto del selectivo. Junto a ellos, la mayor parte del sector financiero y las constructoras también se ha sumado a las mayores caídas en un índice teñido por completo de rojo. Telefónica bajaba un 2,1%.
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