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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, subrayó ayer el compromiso de su gobierno para estrechar los lazos con América Latina sin “dictar” las políticas de la región y lamentó no tener “un botón” para restaurar en el poder al depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya.
Obama sostuvo un encuentro en la Casa Blanca con un grupo de medios en español, en el que repasó la política de Estados Unidos con América Latina y en especial la situación en Honduras, Colombia y México.
Durante los 45 minutos que duró la reunión, Obama se esforzó en dejar claro el cambio de política que su gobierno impulsa en la región y, en este contexto, calificó de irónico el que “algunos de los que han criticado la injerencia de Estados Unidos en América Latina se quejen ahora de que no está interfiriendo lo suficiente”.
El mandatario, quien llegó al poder con promesas de mejorar la imagen de Estados Unidos en el mundo, hizo hincapié en que la intención de su país es forjar alianzas en la región y no imponer su voluntad.
Estados Unidos no pretende “dictar lo que sucede con nuestros vecinos. Eso es justo lo que estamos haciendo”, enfatizó. El encuentro se celebró en vísperas de su segundo viaje a México desde abril pasado, esta vez para asistir, hoy y mañana, a la Cumbre de Líderes de América del Norte, en Guadalajara.
Obama aclaró también que su gobierno no ha autorizado ni tiene planes de establecer bases militares en Colombia.
“Creo que es un buen momento para desbancar el mito de que estamos estableciendo bases militares estadounidenses en Colombia. Esa declaración no se apoya en hechos, así es que seamos absolutamente claros: tenemos un acuerdo de seguridad con Colombia desde hace muchos años y sólo lo hemos actualizado”, explicó Obama.
Sin citar nombres —no habló de Venezuela en ningún momento— el mandatario estadounidense aseguró que “algunos en la región están intentando jugar un papel utilizando la tradicional retórica antiyanqui” .
Washington y Bogotá negocian un acuerdo para que Estados Unidos utilice siete bases colombianas para emprender operaciones conjuntas en la lucha contra el narcotráfico. Dichas operaciones se realizaban antes en la base ecuatoriana de Manta, pero el presidente Rafael Correa decidió no renovar la concesión a Washington.
En días pasados, el mandatario venezolano Hugo Chávez advirtió que la instalación de bases militares estadounidenses en Colombia podrían provocar una guerra en Sudamérica y anunció que compraría varios batallones de tanques rusos para fortalecerse.
Respecto a la crisis en Honduras, Obama dijo que Estados Unidos quiere ver el restablecimiento del depuesto presidente para que pueda completar su mandato, que concluye en enero de 2010. Pero, aclaró, “no puedo presionar un botón y de repente reinstalar al señor Zelaya”.
Aseguró que, desde que ocurrió el golpe de Estado el pasado 28 de junio, EU fue “muy claro” al indicar que eso era “ilegal”.
Obama aludió así a las recientes declaraciones del depuesto mandatario hondureño, quien criticó lo que calificó como la tibia actuación de Washington frente al golpe. Una “decisión de cinco minutos” de parte de EU, afirmó Zelaya ante legisladores mexicanos el pasado miércoles, resolvería la situación hondureña. Obama reiteró su respaldo a las gestiones del presidente costarricense, Óscar Arias, pero quiere que el asunto se aborde en un “contexto internacional” porque, dijo, EU es “un solo país entre tantos”.
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