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El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ofreció ayer “radicalizar” su proyecto de revolución ciudadana, durante una ceremonia indígena en la que recibió el “bastón espiritual de los pueblos ancestrales” que guiará su nuevo mandato de cuatro años.
En compañía de su par boliviano Evo Morales y de la líder indígena guatemalteca y Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, Correa recibió las energías de la tierra, el fuego, el agua y el viento invocadas por yachacs o sabios indígenas.
Bajo un cielo despejado en La Chimba, comunidad indígena a unos 50 kilómetros al norte de Quito, y con el imponente nevado Cayambe como testigo, Correa aceptó el denominado “bastón de mando”, tradición de investidura popular de las comunidades indígenas, un día antes de la ceremonia de posesión oficial ante la Asamblea Nacional.
Correa iniciará hoy su segundo mandato, luego de ser reelegido en elecciones anticipadas el 26 de abril, determinadas por la nueva Constitución de corte izquierdista que impulsó el mandatario.
Su primer periodo inició en el 2007 cuando llegó al poder con un discurso de cambio y de impulsar la “revolución ciudadana”.
Para su segundo mandato, Correa, un economista de 46 años que se define como un cristiano de izquierda, ofreció “radicalizar” esa revolución.
“Para radicalizar esta revolución auténtica y soberana no vamos a utilizar balas, ni piedras, ni botas, vamos a utilizar lápices, escuelas, caminos, dignidad, pasión por la patria, pensamientos lúcidos”, dijo Correa durante su discurso en La Chimba, luciendo un poncho rojo, obsequio de los indígenas.
Señaló que para “profundizar estos cambios radicales vamos a inflamar los corazones con fervor cívico, con conciencia libertaria, con ética, con cariño, con respeto, con reconocimiento a nuestra memoria histórica, honrando nuestros saberes ancestrales... la celebración de su memoria impregna las tesis del socialismo del siglo XXI”, que Rafael Correa defiende.
Ante centenares de indígenas recalcó que “ahora la patria no es de unos cuantos dueños de la tierra sino de quienes la trabajan”, anticipando su proyecto de expropiación de tierras improductivas.
Como indígenas e invitados especiales, Morales y Menchú también recibieron cánticos, incienso, flores y ponchos.
“Los mandadores se acabaron”
El presidente de la Fundación de Taitas y Mamas Yachacs del Ecuador, Franklin Culumba, entregó el “bastón” a Correa, pero aclaró, refiriéndose al mandatario, que ya no es más un bastón de “mando” porque “los mandadores y ordenadores se acabaron. Lo que queremos es un hombre sensible y comprensible”. Acto seguido, lo invitó a recibir las energías de la Pachamama (madre tierra en quichua) “para darte la fuerza, darte el valor para que puedas continuar en adelante. Que en tu segundo mandato hagas lo mejor”, le dijo Culumba a Correa.
Morales, ovacionado en varias ocasiones por la multitud, felicitó a Correa por su nuevo mandato y recordó la “batalla permanente” en su país por instaurar la justicia y la equidad para los pueblos indígenas y contra “nuevos imperios que quieren imponer políticas ajenas a nuestras vivencias”.
A la ceremonia también estaba invitado el presidente venezolano Hugo Chávez, quien no asistió pero que sí estará presente junto a otros 10 mandatarios en la posesión oficial que se realizará hoy.
Asimismo, en el acto de investidura estará presente el mandatario cubano, Raúl Castro, quien llegó desde ayer a Quito, lo mismo que el depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya. Por su parte, Cristina Kirchner, la presidenta de Argentina, viajó ayer mismo a la capital ecuatoriana.
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