Acuerdan mayor presión contra gobierno de facto.

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Los líderes de las naciones que integran el Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla, reunidos ayer en Guanacaste, condenaron el golpe de Estado en Honduras y acordaron medidas para coadyuvar en la restitución del orden democrático.

El presidente Felipe Calderón Hinojosa lo anunció así, al participar en la ceremonia de clausura de la XI Cumbre de Jefes de Estado y de gobierno de este mecanismo. Detalló que las naciones latinoamericanas demandan el restablecimiento de la institucionalidad democrática hondureña y el retorno a la Presidencia del derrocado mandatario Manuel Zelaya. “Hoy más que nunca debe prevalecer la política sobre la violencia y el diálogo sobre cualquier forma de intransigencia”, aseveró Calderón.

Los presidentes de México, Colombia y Centroamérica, así como delegados de alto rango de Belice y República Dominicana exigieron respeto al principio de subordinación de las Fuerzas Armadas, policías y cuerpos de seguridad “a las autoridades civiles” electas. En una declaración emitida al final de la cumbre, los mandatarios insistieron en que el restablecimiento del orden constitucional en Honduras debe lograrse “por la vía del diálogo” y respaldaron la mediación del presidente de Costa Rica, Óscar Arias.

En representación de Zelaya, al encuentro asistió Arístides Mejía, el vicepresidente designado por el derrocado presidente. Mejía adelantó que solicitará a México, Colombia y Argentina, mayor participación para lograr el restablecimiento constitucional en Honduras.

Fuentes oficiales confirmaron a la agencia EFE que en la sesión de trabajo los jefes de Estado fueron más lejos que la declaración, al coincidir en la necesidad de ejercer una mayor presión sobre el Ejecutivo hondureño. Según la fuente, Arias habría sugerido, como parte de la estrategia de presión para las próximas semanas, que Zelaya abandone Nicaragua y que viaje a las capitales de “países importantes” de la zona como Chile, Brasil y México, donde los jefes de Estado deberán reafirmar su apoyo público.

Según The New York Times, Roberto Micheletti, presidente de facto de Honduras, está dispuesto a respaldar el retorno de Zelaya, pero no ha podido convencer de ello a empresarios y funcionarios. Pidió anoche a Arias un enviado especial que lo ayude a persuadirlos.

Al inaugurar la cita de Guanacaste, Arias había advertido al régimen golpista que si la “nación hondureña” se resiste a revertir el golpe, la comunidad internacional podría dejarla en el “ostracismo absoluto” y sin ayuda financiera, comercio exterior ni inversión foránea y con una producción interna inestable.

La “Declaración de Guanacaste” fue suscrita por Felipe Calderón, de México; Álvaro Uribe, de Colombia; Álvaro Colom, de Guatemala; Mauricio Funes, de El Salvador; Ricardo Martinelli, de Panamá, y Arias, así como representantes de Zelaya, Belice y República Dominicana. En el primero de los 72 puntos del documento se destaca el “firme compromiso con el Estado de Derecho, como modelo que implica la supremacía del imperio de la ley, la existencia de la seguridad jurídica, el efectivo ejercicio de la libertades ciudadanas”.

Al “condenar enérgicamente” el golpe en Honduras, recalcaron que la solución debe ser “acorde” con resoluciones de organismos regionales y mundiales.

Arias pidió que “no desistamos” para evitar que se deseche el Acuerdo de San José, que plantea amnistía, gobierno de reconciliación y adelantar comicios, entre otros pasos. “No bajemos los brazos”, el plan “sigue vivo” y “es una semilla sin germinar, que puede aún ser plantada en terreno fértil o dejada a su suerte en terreno yermo”, puntualizó el mandatario costarricense.

El congelamiento de las relaciones entre Venezuela y Colombia también ocupó un espacio en la agenda de la cumbre. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, expresó su deseo de que se establezca un diálogo para resolver la situación y ofreció el organismo a su cargo para mediar.