Ayatola lanza ultimátum a manifestantes en Irán.

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El líder supremo de Irán, el ayatola Ali Khamenei, lanzó ayer una fuerte advertencia a los líderes de masivas protestas callejeras tras unas disputadas elecciones presidenciales y dijo que cualquier derramamiento de sangre sería culpa de ellos.

Sus palabras parecieron ser una señal de una futura represión, por parte de las autoridades, a las protestas que se desataron luego de las elecciones de la semana pasada, que Khamenei dijo que fueron legítimamente ganadas por Mahmoud Ahmadineyad y no fueron manipuladas, como ha asegurado el candidato derrotado Mir Hussein Moussavi.

Khamenei pidió el fin de las protestas en su primer discurso a la nación desde que los resultados de las elecciones provocaron las mayores manifestaciones callejeras en la historia de 30 años de la república islámica.

“Si hay cualquier derramamiento de sangre, los líderes de las protestas serán hechos directamente responsables”, dijo el clérigo ante una multitud que abarrotaba la Universidad de Teherán y calles adyacentes por las oraciones del viernes. La Universidad fue el pasado fin de semana el escenario donde las fuerzas de seguridad y milicianos islámicos Basij irrumpieron y causaron destrozos. Según estudiantes, hubo varios muertos.

“El resultado de la elección proviene de las urnas, no de las calles”, sostuvo. “Hoy la nación iraní necesita calma”, agregó.

Khamenei también atacó lo que calificó de interferencia de las potencias extranjeras que habían cuestionado el resultado de las elecciones. “Las declaraciones de los funcionarios estadounidenses acerca de derechos humanos y límites al pueblo no son aceptables porque ellos no tienen idea acerca de los derechos humanos luego de lo que hicieron en Afganistán e Irak y otras partes del mundo”, dijo.

El discurso de Khamenei siguió a seis días de protestas por partidarios de Moussavi. El jueves, decenas de miles de personas vestidas de negro llevaron velas por el centro de Teherán para llorar a quienes murieron durante los disturbios, al menos ocho personas, aunque otras fuentes, entre ellas Amnistía Internacional (AI), dicen que fueron 15.

Los cibersitios de los partidarios de Moussavi no reaccionaron inmediatamente a la advertencia de Khamenei. No anunciaron cambios en los planes de marchar hoy a las 4 de la tarde desde la Plaza de la Revolución hasta la Plaza de la Libertad, escenario de una manifestación masiva el lunes que concluyó con choques fatales entre manifestantes y una milicia progubernamental.

Un vocero del líder opositor iraní dijo que Moussavi no está arrestado pero no puede hablar con periodistas, recibir llamadas telefónicas ni tomar el micrófono en sus manifestaciones. El Consejo de los Guardianes de la Revolución convocó para hoy a Moussavi y los otros dos candidatos derrotados a fin deque participen en una revisión de los resultados electorales. Los candidatos han denunciado 646 irregularidades en la votación del pasado viernes, dijo un portavoz.

En tanto, las dos cámaras del Congreso estadounidense votaron ayer para condenar la represión de manifestantes por parte de las autoridades iraníes, en el mensaje más enérgico que haya emitido el gobierno de Washington sobre el caso. Los legisladores condenaron también la interferencia del gobierno de Irán sobre las comunicaciones por internet y teléfonos celulares. El secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que la resolución es coherente con el mensaje del presidente Barack Obama, que condena la violencia en Irán.

En entrevista con la emisora CBS, Obama expresó preocupación por el “tenor y el tono” de las declaraciones del ayatola. El gobierno de Irán debería “reconocer que el mundo tiene la mirada puesta en él. Y cómo traten a las personas que intentan manifestarse pacíficamente (...) dará una clara señal a la comunidad internacional sobre qué es y qué no es Irán”, dijo.


Comentario:

Los líderes supremos de Irán, como siempre, muestran su lado autoritario y amenazante. Es cierto que la oposición no ha demostrado plenamente que hubo un fraude electoral, pero no son maneras de responder a la inconformidad.