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Por cuarto día consecutivo, la Procuraduría General de la República (PGR) continuó practicando pruebas periciales para determinar si los restos humanos encontrados el viernes pasado en una casa de Tlalpan corresponden a Silvia Vargas Escalera, la hija de Nelson Vargas, secuestrada en septiembre de 2007.
Fuentes oficiales confirmaron que los estudios, entre los que se encuentra uno de ADN, están a punto de concluir y que los resultados se darán a conocer en las próximas horas, mientras la familia Vargas Escalera sigue en espera de la información oficial.
Peritos de la Procuraduría General de la República (PGR) han practicado otros exámenes a los restos localizados el viernes, luego de que un testigo informó a la dependencia que Silvia Vargas habría sido asesinada en la casa ubicada en el número 51 de la calle Bellavista, en la colonia Lomas de Padierna.
Silvia Vargas Escalera fue secuestrada el 10 de septiembre de 2007, cuando se dirigía al colegio Alexander Bain, en la colonia Las Águilas, de esta ciudad, y su familia perdió el contacto con los secuestradores a fines de ese mes, cuando ya se había llegado a un acuerdo para liberarla.
El 25 de agosto la madre de la joven, Silvia Escalera, inició una campaña ofreciendo una recompensa por recuperar a su hija, mediante un anuncio espectacular en el que se dieron a conocer números telefónicos, correos electrónicos y páginas de internet para proporcionar información para dar con el paradero de Silvia.
El 26 de noviembre, en conferencia de prensa, Nelson Vargas acusó a la PGR y a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de no investigar las pistas que él y su familia les proporcionaron para localizar a los secuestradores
El empresario y ex funcionario reveló entonces que Óscar Ortiz González, un chofer que trabajó casi dos años para su familia, es hermano de un integrante de la banda de secuestradores denominada Los Rojos.
Vargas detalló una serie de deficiencias en las investigaciones, entre ellas la pérdida de evidencias y omisiones en el levantamiento de pruebas como la toma de huellas digitales en la camioneta en que viajaba la joven al ser secuestrada, entre otras.
Óscar Ortiz, actualmente bajo arraigo, es hermano de Raúl Ortiz, El Flaco, quien escapó de la custodia de la PGR en el Hospital de Xoco, al sur de la ciudad de México, a donde había sido llevado horas después de su captura para una revisión médica, el 28 de septiembre pasado.
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