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En 2009 el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) destinará 32 millones de pesos para llevar a cabo la segunda etapa de restauración del Fuerte de San Juan de Ulúa, localizado en el puerto de Veracruz.
En esta segunda etapa se tiene previsto continuar con las obras de remozamiento de la Plaza de Armas, la Casa del Gobernador, la intervención del Muro de las Argollas y el Patio de San Fernando, así como el Baluarte de Guadalupe, explicó el organismo.
La rehabilitación del monumento histórico, precisó, también contempla la reparación de azoteas, atención de humedad, cambio de la instalación eléctrica y adecuación de un nuevo núcleo de sanitarios.
Después de poco más de cinco meses de trabajo, el INAH concluyó la primera etapa de trabajos que estuvieron orientados a la recimentación de la contraescarpa -área de los pozos internos de la fortaleza- y de las banquetas perimetrales de acceso al edificio principal, expuso.
Fernando Pérez Vignola, director del Centro INAH-Veracruz, indicó que estos primeros trabajos forman parte del Plan Maestro 2008-2009 que el instituto implementó para el rescate de la antigua fortaleza, que comenzó a construirse en 1535.
Comentó que en materia de investigación arqueológica también habrá continuidad, con el fin de identificar el nivel de los pisos de la Plaza de Armas y en otras áreas.
La intervención en la primera etapa también incluyó a uno de los tres garitones -lugar desde donde se hacía la vigilancia-, debido a que por ser un elemento cónico presentaba mayor debilidad, causada por su propia construcción, y estar sujeta sólo por un extremo. El propósito de la restauración fue darle mayor estabilidad a la estructura.
Asimismo, se limpió el piso de la Plaza de Armas, para poder rehabilitarla, y se realizaron algunos pozos de sondeo y recuperaron restos de cerámica del siglo XVIII.
Pérez Vignola anotó que durante los trabajos de rehabilitación de las poternas -puertas que dan al foso o a las rampas- también se localizó pintura mural con representaciones de barcos, la cual se prevé restaurar el año siguiente.
La función del fuerte, edificado durante el siglo XVI, fue proteger al puerto de los constantes ataques piratas. Posteriormente, durante el siglo XIX, fue ocupado por el ejército francés, durante la Guerra de los pasteles y por Estados Unidos en 1847, en la invasión de ese país a México. Luego se convirtió en prisión y museo en 1984.
La rehabilitación se realizó gracias a la colaboración del INAH, el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y el gobierno de Veracruz, tras la firma de un acuerdo para rescatar la fortaleza con miras a la celebración del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana.
Estos trabajos, destacó Pérez Vignola, también facilitaron la investigación en el inmueble colonial, donde con la recuperación de materiales arqueológicos se incrementó el conocimiento sobre la función e importancia que tuvo el mismo para el puerto de Veracruz.
Comentario:
Se trata de un importante monumento histórico y turístico.
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