Noticia:
Ahora que sí tenían permiso para infraccionar o, mínimo, sacar la “tarjeta de amonestación”, policías de Tránsito de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina dejaron pasar las faltas de conductores y peatones en los cruceros más conflictivos de la ciudad.
Desde las seis de la mañana, los uniformados vistieron sus chalecos fluorescentes que en la espalda alertan “autorizado para infraccionar”. Luego, se colgaron su hand held para levantar las multas de manera inmediata y vía electrónica, cubrieron sus manos con guantes blancos y salieron a cuidar las vialidades.
En el crucero del Eje Central Lázaro Cárdenas y Doctor Liceaga, con su silbato el uniformado marcaba firme el alto atrás de las líneas blancas que indican el cruce de cortesía. Los autos respondían y los peatones pasaban sin problema.
A las 9:00 horas uno que otro auto no alcanzaba a frenar y se quedaba en medio de las líneas. Unos apenados, otros con un leve golpe en el volante porque no alcanzaron a pasar, se echaban despacio en reversa para esperar la luz verde.
No faltó el conductor que quiso dar vuelta a la derecha mientras iba en el segundo carril. La imprudencia casi ocasiona el choque con un taxi.
Por la tarde, otro taxista miró la solicitud de parada de una mujer mayor. El uniformado manejó el criterio —“porque ellos también andan trabajando y dan un servicio”— y pidió al conductor orillarse, aunque invadiera el carril del Corredor Cero Emisiones, donde está prohibido el ascenso y descenso de pasaje.
Guardados se quedaron los volantes que en la SSP-DF dieron a los policías para advertir a los “despistados”: “Acaba usted de cometer una infracción al Reglamento de Tránsito Metropolitano. Por el momento no se aplica la sanción de 10 días de salario mínimo. Se le invita a que respete el RTM”.
Operativo “disimulado”
En otro de los 500 cruces de cortesía que hace pocos días marcó la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, y uno de los más recurrentes de la ciudad como lo es Eje Central y Juárez, el trabajo de estos policías dejó mucho qué desear.
Para la cantidad de autos que a las dos de la tarde saturaban la vialidad, los dos uniformados ubicados ahí eran insuficientes, aún con la ayuda de cadetes de la Academia de Policía.
Un ciclista repartidor invadió el carril confinado, las llantas de un autobús turístico rechinaron, un joven oficinista desobedeció el semáforo rojo para los de a pie y aprovechó que no circulaba coche alguno. Decenas de caminantes le siguieron el paso, sin escuchar los silbatazos de los elementos policiales.
Mientras, dos patrullas permanecían estacionadas y sus tripulantes platicaban de ventanilla a ventanilla.
A dos cuadras de la sede de la policía capitalina, en el cruce de Insurgentes y Liverpool, en la colonia Juárez, se ubican dos cruces de cortesía marcados con rectángulos y líneas blancas y un círculo rojo al interior. Este es uno de los 72 que se han señalado, dentro de los 500 cruces ubicados por la SSP-DF. Ahí faltaron policías con sus chalecos de advertencia: sólo había cadetes rebasados por la prisa de los automovilistas.
Según el secretario Manuel Mondragón, desde ayer y durante un mes los policías autorizados deben concienciar a los automovilistas de que violan el RTM. A partir del 12 de julio, de las advertencias pasarán a los hechos, y las multas por no respetar estos espacios serán de 10 días de salario mínimo, equivalentes a 570 pesos. A su vez, estarán vigilados con sistema GPS, para medir el tiempos de infracción y evitar la corrupción.
Sólo reciclan a “tamarindos”: PAN
Como “tamarindos reciclados” calificó el presidente del Partido Acción Nacional capitalino, Obdulio Ávila Mayo, al Grupo Especial de Infracciones de la Secretaría de Seguridad Pública de la ciudad de México (SSP-DF).
Ávila señaló que la nueva policía de Tránsito, conformada por 500 uniformados con chaleco amarillo y dispositivo móvil (hand held), “parece reciclar el antiguo agrupamiento de agentes de tránsito conocidos como tamarindos”.
El panista dijo que reconoce el trabajo del titular de la SSP-DF, Manuel Mondragón y Kalb, por aplicar este tipo de programas que “intentan” frenar la corrupción y dignificar la imagen de la institución. Sin embargo, señaló que se necesita mucho más que “buenas intenciones. Se necesita formación ética y profesional de los elementos”.
Ávila indicó que el problema de la corrupción no sólo se encuentra en la formación de los policías, sino también en la estructura de la SSP-DF, lo cuál dijo, es lamentable y sensurable.
Durante un evento con vecinos de la delegación Cuauhtémoc, el dirigente panista apuntó “que sin pretender caer en un escepticismo patológico”, el nuevo agrupamiento especializado en infracciones de tránsito recuerda a los policías conocidos como tamarindos, elementos que no son recordados por su “honestidad sino por su enriquecimiento ilícito y desprestigio público”, declaró.
Coronavirus, la amenaza esta ahí afuera
Hace 4 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario