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El juez español Baltasar Garzón solicitó el martes su traslado a la Corte Penal Internacional en La Haya, donde se incorporaría como asesor a la oficina del fiscal, que dirige el argentino Luis Moreno Ocampo.
Muchos simpatizantes habían pedido reiteradamente a Garzón que buscará un nuevo destino para evitarse la más que posible suspensión a la que se enfrenta en España, donde está siendo investigado por prevaricación -el delito de dictar a sabiendas una resolución injusta- en tres procesos diferentes.
Garzón, famoso por instruir casos como el del ex dictador chileno Augusto Pinochet, pidió una excedencia inicial por un periodo de siete meses, por lo que formalmente ni dimite ni renuncia a su plaza como magistrado de la Audiencia Nacional española.
La Audiencia explicó que fue Moreno Ocampo quien ofreció el puesto a Garzón. En su nuevo destino, el juez español sería un consultor externo en el desarrollo de nuevas técnicas de investigación de la fiscalía.
Su despacho estaría en La Haya, pero podría viajar a países como Congo, Sudán y Colombia, en los que la Corte tiene causas abiertas.
El Consejo General del Poder Judicial, órgano de gobierno de los jueces en España, deberá decidir el miércoles si autoriza el traslado.
No obstante, Garzón todavía podría ser juzgado por su fallida investigación de los crímenes del franquismo, el caso que más cerca está de sentarle en el banquillo de los acusados. De ser condenado, enfrenta un período de inhabilitación en España de hasta 20 años, pero podría seguir trabajando en La Haya.
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