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México y Estados Unidos anunciaron ayer la adopción de una estrategia contra el narcotráfico basada en cuatro ejes que agregan elementos sociales y de salud al problema.
El esquema prevé debilitar las capacidades logísticas, operativas y financieras de los grupos criminales.
Además, fortalecer institucionalmente a las dependencias que combaten los cárteles, promover el respeto a los derechos humanos y considerar la participación activa de la sociedad civil.
En el acuerdo se propone el desarrollo de una frontera segura y competitiva.
Por último, destaca el rol de los jóvenes, para quienes propone otorgar alternativas constructivas, y la necesidad de integrar comunidades fuertes con mayor cohesión social, con el objetivo de limitar el flujo de reclutas potenciales hacia las agrupaciones delictivas.
Hace una semana el gobierno estadounidense presentó un cambio en la estrategia de combate al narcotráfico, que privilegia la prevención en lugar de la guerra a cárteles. El nuevo enfoque plantea reducir el consumo entre jóvenes e impulsar programas comunitarios antidrogas.
Al referirse al crimen organizado, Obama dijo que los narcotraficantes “amenazan a nuestros pueblos”, y reconoció la responsabilidad de su país en la ola de violencia que vive México.
“Es absolutamente cierto que la demanda estadounidense de la droga ayuda a promover esta crisis en México, por lo tanto tenemos una obligación de no aumentar la demanda”, mencionó.
Dio a conocer que su gobierno invertirá grandes cantidades para encontrar a los traficantes que llevan armas a México.
De acuerdo con la Declaración Conjunta, Estados Unidos entregará antes de lo planeado aviones y helicópteros “que apoyarán a México en el combate al crimen organizado”.
El presidente Calderón continuará hoy su visita oficial a Estados Unidos.
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