El talibán ataca base militar de la OTAN

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Atacantes suicidas con bombas que portaban cohetes y granadas lanzaron ayer un ataque antes del amanecer contra la base militar de Bagram, una de la mayores de la OTAN en Afganistán, causando la muerte de un contratista estadounidense.

Nueve soldados estadounidenses también resultaron heridos. Diez militantes que llevaban chalecos explosivos fueron muertos, informó la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, por su sigla en inglés), liderada por la OTAN.

El ataque ocurrió un día después de que un suicida atacara un convoy militar de la OTAN en Kabul, que mató a 12 civiles afganos y seis soldados extranjeros, y podría suponer el inicio de la anunciada ofensiva talibán contra destacados objetivos extranjeros.

El ataque en la base de Bagram, localizada a una hora en automóvil al norte de Kabul y albergue principalmente de tropas estadounidenses, comenzó antes del amanecer cuando insurgentes talibanes se inmolaron cerca de la entrada.

El asalto continuó con disparos esporádicos de cohetes y de armas de fuego livianas fuera de la base.

Un cohete aterrizó dentro de la base y causó daños menores, pero ningún insurgente logró entrar en Bagram, según la OTAN.

Helicópteros armados sobrevolaban la base. “Siempre estamos preparados para lidiar con ataques en nuestra base, la respuesta de esta mañana fue inmediata”, dijo el teniente coronel Clarence Counts, portavoz de la base Bagram.

El portavoz talibán Zabihullah Mujahid dijo que cuatro suicidas se inmolaron frente a las puertas de la base. Agregó que otros se las arreglaron para entrar, pero los talibanes a menudo exageran sus operaciones. Otro portavoz de la base precisó que ninguno de los atacantes logró detonar sus chalecos explosivos y que “en ningún punto los insurgentes ingresaron al perímetro de la base”.

La base es un objetivo de gran valor simbólico para los insurgentes, ya que a ella suelen desplazarse los mandatarios estadounidenses que visitan el país asiático, y además la instalación sirve también como cárcel para los talibanes detenidos. En el pasado, Bagram ya había sido atacada en varias ocasiones, una de ellas cuando se encontraba en su interior el entonces vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney. Fue usada por la ex Unión Soviética durante su invasión a Afganistán en la década de 1980.