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El despliegue de cientos de policías antidisturbios en los alrededores del Parlamento ha impedido que los grupos de jóvenes concentrados en la zona pudieran manifestarse a primera hora de la tarde del miércoles para protestar contra los resultados de las elecciones presidenciales, tras haber sido convocados por el candidato opositor Mir Hosein Musaví. Unidades antidisturbios apoyadas por basiyís cargaron contra unas 200 personas ante la sede de la Cámara legislativa, según informaron testigos desde el lugar de los hechos. Los agentes, provistos de porras y escudos, lanzaron gases lacrimógenos contra grupos formados en las calles.
La cercana plaza de Bahartestan permaneció abierta al tráfico y los comercios de la zona no fueron cerrados en ningún momento. El Ministerio del Interior ha prohibido todas las manifestaciones, y en Teherán la situación parece estar empezando a volver a la normalidad tras más de un semana de protestas masivas y disturbios sangrientos. El régimen ha reconocido 18 muertos, un centenar de heridos y cerca de 600 detenidos, entre ellos 55 destacados intelectuales.
La división sigue marcando a Irán. El líder supremo iraní, Alí Jamenei, ha asegurado que "no cederá a la presión" de la calle sobre el resultado de las elecciones del 12 de junio, mientras el principal opositor había anunciado que intentaría pronunciar un discurso ante la sede del Parlamento acompañado de su esposa, Zahra Rahnavard.
Las palabras de Jamenei han sonado a amenaza seria."Insisto y volveré a insistir en aplicar la ley en este asunto", ha dicho en una nueva declaración después de que durante la plegaria del viernes anunciara la represión de toda protesta. Su declaración se produce después de que el ayatolá disidente Husein Alí Montazerí convocara tres días de duelo en honor los muertos durante las protestas.
En un comunicado en su página web, el clérigo, bajo arresto domiciliario desde hace más de una década, ha criticado también al régimen que en su opinión debería permitir las protestas de la oposición. "Desoír las demandas del pueblo está prohibido por la religión", ha afirmado desde su casa en la ciudad santa de Qom, una de las principales cunas del pensamiento chií.
Montazerí fue señalado en la década de los ochenta como sucesor del fundador y líder supremo de la Revolución, gran ayatolá Jomeini. Sin embargo, las maniobras en la cúpula del clero iraní evitaron su ascenso y permitieron la elección como líder supremo de Alí Jamenei. Desde entonces, Montazerí ha sido uno de los principales críticos.
Recuento parcial de votos
La televisión estatal iraní afirmó el miércoles que un recuento parcial de los votos de las elecciones presidenciales ha servido para verificar el resultado, que dio la victoria al ultraconservador Mahmud Ahmadineyad. La emisión en inglés Press TV de la televisión iraní difundió, sin dar más detalles, este mensaje de texto: "Irán: un recuento parcial de votos verifica los resultados electorales".
El Consejo de Guardianes había anunciado antes que se disponía a efectuar un recuento parcial del 10% de los sufragios. Un portavoz de este alto órgano legislativo descartó también esta misma semana que las elecciones pudieran ser anuladas, tras asegurar que no habían sido detectadas irregularidades de entidad en los comicios. El martes, sin embargo, el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, aceptó una petición del Consejo de Guardianes para ampliar durante otros cinco días el plazo para recibir quejas electorales.
Mientras tanto, el candidato moderado Mhedi Karrubí, derrotado en las presidenciales del pasado día 12, rechazó el miércoles los resultados electorales y dijo que el nuevo Gobierno surgido de las urnas será "ilegítimo".
Más manifestaciones
Al luto pedido por el clérigo se sumó la nueva convocatoria por parte del reformista Musaví. En un texto distribuido por Internet, convocaba a las puertas del Parlamento a sus seguidores, quienes no han visto en público a Musaví desde que el pasado viernes el líder supremo les exigiera poner fin de manera inmediata a las protestas. La convocatoria, en una jornada de aparente calma en la capital iraní, llegó mientras aumenta la tensión en el enfrentamiento diplomático del Gobierno iraní con algunos países europeos y Estados Unidos.
Desde que el 13 de junio se conocieran los resultados oficiales de los comicios presidenciales, Irán es escenario de multitudinarias protestas de la oposición que denuncia un supuesto fraude masivo en favor del actual presidente, el ultraconservador Ahmadineyad. Las marchas han sido reprimidas con dureza por la Policía y grupos de milicianos voluntarios islámicos basiyi, que han tomado Teherán. En los enfrentamientos, han muerto al menos una veintena de personas, según cifras oficiales. Ante esta situación de violencia, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, elevó ayer el tono de condena a Teherán .
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