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La opulencia de los zares, la magnificencia de las culturas egipcias y mesoamericanas; fotografías de tigres y elefantes que conviven con niños meditando, de Gregory Colbert, y el arte irreverente, erotismo subversivo y la mutilación religiosa del artista plástico Julio Galán, son sólo una parte de las exposiciones que se presentaron en la ciudad de México.
Isis y la serpiente emplumada
En el Museo Nacional de Antropología incluso se amplió la sala de exposiciones temporales para recibir a Isis y la serpiente emplumada, integrada por 335 piezas egipcias y mesoamericanas que datan desde hace 5 mil años antes de nuestra era hasta el año 1521 después de Cristo.
Para evitar largas filas, se recurrió a la venta telefónica de boletos con horario controlado y diariamente la admiraron más de 6 mil 500 personas.
La muestra creó un vínculo entre esas dos culturas consideradas lo mejor del viejo y nuevo mundo, a fin de mostrar la diversidad y riqueza de ambas.
Opulencia zarista
Actualmente el Museo Nacional de Antropología es la morada de otra impotente exposición que revela los caprichos ostentosos de una de las dinastías rusas más emblemáticas: los Romanov que gobernaron de 1613 a 1917.
A través de 500 piezas, en la exposición Zares. Arte y cultura del Imperio Ruso se mostrará su opulento y ostentoso estilo de vida que siempre estuvo acompañado del poderío económico.
Con obras de colecciones del Museo Estatal del Ermitage, San Petersburgo, los visitantes admirarán desde piezas de arte, artículos personales, carruajes, joyería como un plato de cristal de roca con esmalte y diamante elaborado para la coronación de Nicolás II, huevos de Pascua, coronas imperiales, entre otros.
Ashes and snow
A principios de 2008, en el Zócalo se levantó una de las construcciones de bambú más grande del mundo, creada por el arquitecto colombiano Simón Vélez, el Museo Nómada, el cual albergó a la exposición internacional denominada Ashes and snow (Ceniza y Nieve) del fotógrafo canadiense Gregory Colbert.
Este fotógrafo, cineasta y novelista ha dedicado los últimos 17 años de su vida a documentar en 55 expediciones alrededor del mundo la comunión entre hombres y animales como elefantes, ballenas, manatíes, cheetas, águilas, ibis, orangutanes, entre otros. Retrata a los hombres y mujeres con los ojos cerrados. Los únicos que observan son los animales.
La publicidad de sus patrocinadores y la gratuidad de la entrada hicieron que diariamente ingresaran más de 200 mil personas que soportaron hasta más de 5 horas formados. Casi reunió 8 millones de personas, exhibición que en México fue superior en cifras a las alcanzadas, juntas, en Nueva York, Venecia y Tokio.
Comentario:
Son muchas las exposiciones y espectáculos que puede disfrutar el capitalino. Una ciuada ciertamente muy interesante para visitar.
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