El Ángel era una fiesta

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Fue tumulto, fue verbena, fue un festejo que hizo vibrar al Ángel de la Independencia.

Dos goles de México fueron suficientes para derrotar al equipo francés y para que los jóvenes aficionados al futbol salieran a tomar el Paseo de la Reforma y sus calles aledañas. Esta vez sí hubo mucho qué festejar.

Al grito de “¡Yo sí le voy, le voy a la verde!”, la glorieta principal de Reforma fue el escenario donde durante más de cuatro horas y media, niños, jóvenes, adultos, vestidos de oficinistas, como futbolistas y portando banderas tricolores gritaron incansables.

La tradicional vuelta olímpica nunca dejó de realizarse. El alcohol, la euforia y la emoción de un partido ganado, quizás el único, en el Mundial 2010, fueron el combustible para que estallara en la glorieta una celebración que en la ocasión anterior sólo se quedó en un intento.

A ese espacio, consagrado, casi como un altar para la Selección, llegó incluso, el ex jefe delegacional de Iztapalapa, Rafael Acosta alias Juanito, cuyos seguidores aprovecharon para adquirir la tradiconal banda tricolor por sólo 5 pesos.

Estos aficionados al futbol, y al espectáculo político gritaron en torno del personaje: “¡Juanito para presidente!”.

Esta frase, entre otras de destrampe y desorden, fue una de las tantas que emitieron miles y miles de gargantas que hasta las ocho de la noche, aproximadamente, saturaron una de las principales avenidas de esta caótica ciudad.

Mujeres, hombres y hasta perros fueron a saltar, a gritar, a correr y a gastar la tarde de un día que se paralizó desde las 13:30 horas, cuando los televisores sintonizaron el tan esperado partido.

Como el cotejo coincidió con las hora de comer, restaurantes, cantinas, puestos de comida, tienditas y cualquier negocio con un televisor encendido fueron el sitio adecuado para gritar dos veces gol e idolatrar, más de lo que ya se había hecho, al Chicharito y a Cuauhtémoc.

“¡Ahora sí hizo gol, ahora no hizo sandwich!”, comentaban algunos de los que caminaron hasta el sitio de reunión preferido para celebrar este triunfo.