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Un estudio realizado a 685 plagiarios detenidos en los últimos 31 meses permitió a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) trazar una especie de mapa genómico del delincuente que se dedica al secuestro.
La investigación revela no sólo datos sobre edad, ocupación y evolución criminal de este tipo de personas, sino en qué se gastan el dinero de los rescates que cobran y cómo lo reparten.
Testimonios indican que muchos suelen derrochar gran parte de las ganancias obtenidas ilícitamente.
El reporte muestra además que los secuestradores prefieren a los comerciantes y estudiantes como víctimas.
De acuerdo con la información, una parte importante de los raptores proviene de familias disfuncionales, tiene entre 22 y 35 años y muchas veces es adicto a las drogas.
Antes de iniciar su carrera delictiva, apunta el estudio consultado, suele trabajar en el sector informal o como chofer y sueña con integrarse a un nivel socioeconómico superior al que pertenece.
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