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Inmersos en una polémica por las denuncias de un posible fraude, los argentinos acuden hoy a las urnas para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, en unos comicios donde también se define el margen de gobernabilidad con el que contará la presidenta Cristina Kirchner y si al matrimonio presidencial le quedará tela para impulsar el nombre de un sucesor.
Las encuestas vaticinan una derrota del gobierno en varios distritos claves, como Santa Fe y Córdoba y un virtual empate técnico en la estratégica provincia de Buenos Aires, donde el ex presidente Néstor Kirchner encabeza la lista de candidatos a diputados por el oficialismo, frente al cabeza de lista del peronismo disidente, Francisco de Narváez (Unión-Pro).
Es en ese distrito es donde el gobierno se juega el resto. Sólo una victoria holgada le permitiría paliar la derrota en varios puntos clave del país y atemperar la pérdida de bancas en el Congreso, donde hasta diciembre goza de mayoría parlamentaria. Una mayoría que según todas las encuestas perdería —aun ganando por escaso margen en Buenos Aires— indefectiblemente hoy en las urnas.
De acuerdo a la mayoría de los sondeos, el oficialismo aventaja a la lista del peronismo disidente que encabeza el empresario colombiano-argentino Francisco de Narváez por 2.5 puntos, aunque el margen de error no permite avizorar con claridad lo que pueda ocurrir.
Lo que sí se ha dado en las últimas horas son reiteradas denuncias de la oposición sobre una supuesta falsificación de boletas electorales y “otros métodos para realizar fraude”, según lo advirtieron varios dirigentes de la oposición, entre ellos la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, y el propio De Narváez.
“Hackers” penetran red electoral
En la noche del viernes hackers penetraron en el sitio web de la Cámara Nacional Electoral, más precisamente en las listas de votantes. La página quedó rehabilitada después de algunas horas, pero el incidente ayudó para completar un clima más que enrarecido de estos comicios. En la víspera, la propia Cámara Nacional Electoral responsabilizó al gobierno de lo que pueda acontecer con el escrutinio. De inmediato el ministro del Interior, Florencio Randazzo, salió al cruce y dijo que “es una irresponsabilidad instalar la idea de un fraude cuando todo el proceso electoral es competencia de la justicia”.
De hecho, en la capital, el candidato por Proyecto Sur, Fernando Pino Solanas, pidió a sus seguidores que “estén atentos” porque “pueden desaparecer las boletas de las mesas electorales”, como hace dos años “ocurrió aquí y le hicieron en Córdoba a Luis Juez”, quien denunció el robo de la elección a gobernador en esa provincia en 2007. Ahora, Juez es favorito para ganar en Córdoba, lo que propinaría una derrota al kirchnerismo mientras que en Santa Fe, el socialismo gobernante podría dar otro golpe electoral si su candidato, Rubén Giustiniani, le gana al ex gobernador Carlos Reutemman, potencial candidato a la Presidencia por el Peronismo.
De ser así, quien podría convertirse en postulante a la Presidencia es el gobernador Hermés Binner, encabezando un frente progresista.
Pero el desenlace de estos comicios, transformados en un referendo del gobierno, será sin duda en Buenos Aires, donde ni una victoria o una derrota solas servirá al gobierno para posicionarse mejor o peor ante los problemas que debe enfrentar en el futuro inmediato y para saber cómo serán sus últimos tiempos en el poder.
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