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A 21 años de su fundación, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) vive en medio de una grave crisis económica, con sus cuadros históricos alejados, con la presencia electoral más reducida en su vida y con una profunda división que no obstante niega la dirigencia nacional de este organismo.
Reducido electoralmente —al tener solamente el 12% de la votación nacional, cuando en 2006 estuvo a punto de ganar la Presidencia de la República con 14 millones 683 mil votos— hoy, el perredismo se ha aliado con la derecha mexicana representada por el Partido Acción Nacional (PAN).
Previo al proceso electoral de 2009, el PRD mantenía deudas superiores a los 700 millones de pesos y tras la pasada elección federal redujo en más de 30% sus prerrogativas públicas como consecuencia del 12% de votación nacional alcanzado en las urnas.
Hoy, a más de dos décadas de haberse fundado, el llamado partido del sol azteca ha logrado que sus principales figuras políticas —Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano— hayan fijado distancia de este organismo político e incluso confrontado a la dirigencia de Jesús Ortega.
Persecución política
Durante estos 21 años, el PRD ha vivido persecución política —afirman sus principales fundadores—, escándalos, actos de corrupción de algunos militantes distinguidos y marginalidad política en diversos estados del país, principalmente en la región norte.
Además, el perredismo se ha hundido en una constante de disputas internas por puestos de dirección y espacios de poder, la más reciente que escenificaron los grupos de Alejandro Encinas y Jesús Ortega por la dirigencia nacional del partido durante ocho meses.
Sólo en ese lapso, el PRD perdió a 44% de los simpatizantes que votaron por el perredismo en las elecciones presidenciales de 2006.
En declaraciones a EL UNIVERSAL después de asumir la presidencia del partido, Jesús Ortega Martínez aceptó que durante ese periodo de disputa se generaron odios y actitudes que calificó de “fundamentalistas”.
“El perdedor es el PRD y la izquierda en su conjunto, más que una fracción o una corriente, es el partido. La imagen del perredismo se ha deteriorado y el desenlace de la elección interna refleja eso, la división”, dijo entonces Ortega, quien hoy rechaza que haya alguna división.
Con Cárdenas al margen, la división entre el grupo de López Obrador y de Ortega comienza a quedar atrás con la simpatía que comienzan a mostrar grupos, alguna vez incondicionales al lopezobradorismo, por Marcelo Ebrard, a quien ya visualizan como el próximo candidato presidencial de la izquierda.
El PRD vive el peor escenario de su historia después de que en los comicios de 2009, ese partido se ubicó en los estados de Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Tlaxcala y Veracruz en tercer lugar de la votación y en Puebla y Tamaulipas en el cuarto lugar de sufragios.
Se desmoronó el perredismo
En otros estados como Aguascalientes, Chihuahua, Durango y Sinaloa el partido del sol azteca se posicionó en el quinto lugar de la contienda electoral del año pasado. En el estado de Campeche, el perredismo se desmoronó para convertirse en sexta fuerza política local. Solo en Zacatecas y en el Distrito Federal se mantuvo como líder.
La última crisis del PRD fue producto de las alianzas avaladas por Ortega Martínez con otros partidos, incluyendo con el gobernante Acción Nacional (PAN).
Pese a las diferencias que mantuvieron, López Obrador y Cárdenas Solórzano coincidieron en rechazar la política de alianzas que configuró la dirigencia nacional de Ortega Martínez, y su posterior consolidación en los estados de Oaxaca, Puebla, Durango, Sinaloa e Hidalgo.
Cárdenas Solórzano advirtió desde marzo pasado que de mantenerse la estrategia electoral del PRD, de coaligarse con otros organismos políticos, como es el caso del PAN, se desdibujará a una parte de la izquierda mexicana y se empequeñecerá paulatinamente al perredismo hasta convertirlo en una “franquicia electoral más”.
Alianzas contradictorias
“Es contradictoria cualquier alianza electoral con el Partido Acción Nacional. Me parece que el proyecto nacional del PRD y el proyecto nacional del PAN son completamente contradictorios, va en contra de los intereses del partido, en contra de los intereses del país ese tipo de alianzas electorales.
“Esas alianzas van a tener un efecto totalmente contrario en la militancia del PRD, en la disminución de la militancia, en desdibujar al partido en cuanto a que está pasando por encima de los principios, además, estas alianzas hasta el momento no tienen ningún contenido programático… no sabemos qué se les propone a los ciudadanos”, manifestó Cárdenas Solórzano.
En tanto, el ex candidato López Obrador sostiene que el PRD no puede establecer alianzas electorales con grupos de poder que “se robaron” la Presidencia de la República y que hoy sirven a los intereses de la clase empresarial que controla el rumbo del país.
El ex presidente nacional del PRD, Leonel Cota Montano, afirma que el perredismo atraviesa por el peor momento de su historia, por causa del mal manejo de sus actuales dirigentes y el desapego a los principios que le dieron vida.
Optimismo de Ortega Martínez
Pero Ortega Martínez se mantiene optimista, la víspera reveló que el partido del sol azteca conmemorará su 21 aniversario de vida —en el Templo de San Hipólito— con una reafiliación de militantes y la entrega de medallas para algunos destacados perredistas.
Sobre cómo llega el Partido de la Revolución Democrática a su aniversario, Ortega Martínez comentó que está “avanzando” y están haciendo grandes esfuerzos para “reorganizarse” con toda la militancia. Dijo que el PRD no llega degastado, sino “fortalecido”, pues con las alianzas que concretó tendrá grandes resultados electorales este año.
El partido del sol azteca prepara una reafiliación de militantes para conmemorar otro año más de vida política, además de un programa de afiliación entre la ciudadanía de cara a 2012 y que iniciará en la ciudad de México.
Dijo que este año, el partido pretende dirigir las conmemoraciones hacía la juventud perredista: “El 21 aniversario tiene como eje central el alentar el trabajo del partido hacia los jóvenes y lograr hacer del PRD un partido vinculado a las demandas y exigencias y a los derechos de los jóvenes en el país”.
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