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La 40 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que inició anoche en la capital peruana, tiene el tema principal de “Paz, seguridad y cooperación en las Américas”. La declaración final, que será firmada por los 33 cancilleres asistentes al cónclave, promoverá la adopción de un Plan de Acción Hemisférico contra la Delincuencia Organizada Transnacional, así como limitar el armamentismo en la región.
El secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, inauguró anoche la Asamblea. En su discurso criticó la ley Arizona por su “trasfondo innegable de discriminación”, en tanto deseó el pronto retorno de Honduras a sus filas.
La Asamblea instará a los gobiernos a unir esfuerzos ante la elevada incidencia de delitos, el narcotráfico y la proliferación de pandillas. Los funcionarios advertirán sobre la urgencia de promover la aplicación de la Convención de la Organización de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus tres protocolos.
La declaración de Lima, que se suscribirá mañana al cierre de la Asamblea, instará a los países del hemisferio a identificar un punto de contacto nacional para asuntos relacionados con la delincuencia organizada transnacional. Los cancilleres pedirán a la Secretaría General de la OEA que siga asistiendo a las naciones en sus esfuerzos para fomentar la capacidad y asistencia técnica para prevenir, investigar y erradicar la delincuencia organizada.
Este esfuerzo deberá desplegarse en los ámbitos bilateral, subregional, regional y multilateral, en coordinación con la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito y con otras instituciones internacionales pertinentes.
El futuro de Honduras en el seno de la OEA, de la que fue suspendida el 4 de julio del año pasado tras el golpe de Estado que derrocó a Manuel Zelaya, podría desviar momentáneamente la atención del tema principal.
Los cancilleres abordarán el tema de Honduras en sesiones privadas hoy, pero no quieren elevar el debate al plenario ante la falta de consenso para levantar la suspensión y su deseo de no crear más divisiones, según fuentes diplomáticas.
Tegucigalpa, en espera
El canciller hondureño, Mario Canahuati, dijo ayer que el gobierno de su país espera el reintregro a la OEA en el marco de la actual Asamblea; si no fuera así, advirtió, Tegucigalpa “iniciará una actitud diferente”.
“Tendríamos que revisar un poco nuestra posición y nuestra estrategia a seguir”, enfatizó Canahuati a periodistas. Agregó que ayer envió una carta a sus colegas de los países de la OEA, cuyo contenido se conocerá hoy, en la que les explica sobre todos los pasos que ha dado Honduras para superar la crisis surgida tras el derrocamiento de Zelaya.
La agenda de la Asamblea también pasa por viejas disputas, tales como el problema marítimo de Bolivia y la cuestión de las Malvinas, litigio que adquirirá este año más actualidad ante el aumento de las tensiones entre Argentina y el Reino Unido.
Haití es otro de los temas de la agenda y se hará un llamado a que los países de la región hagan realidad sus ofrecimientos hechos en la conferencia internacional de donantes, celebrada en Nueva York.
En el centro del debate está el armamentismo; las discusiones en ese sentido tienen como núcleo la declaración final, que promueve limitar el gasto militar en la región, fomentar la transparencia en la adquisición de armamentos, impulsar medidas de confianza para crear un ambiente más seguro y arrancar el compromiso de destinar más recursos al desarrollo económico y social de los países, teniendo en cuenta el cumplimiento de los compromisos internacionales, su legítima defensa y seguridad.
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