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Orillada por las circunstancias, la Organización de Estados Americanos (OEA) suspendió ayer a Honduras —por abrumadora mayoría de 33 votos y una abstención, con efecto inmediato— del ejercicio de sus derechos en el seno de la organización interamericana.
El secretario general, José Miguel Insulza, se abstuvo de recomendar, por razones de seguridad, el retorno del presidente depuesto, Manuel Zelaya, para evitar “un baño de sangre”.
El argumento central de la decisión de la OEA fue porque el gobierno de facto se negó a reponer en su cargo a Zelaya en un plazo de 72 horas, que culminó ayer.
Al mismo tiempo, la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa, señaló que la postura de Honduras de no querer más relaciones con la OEA limitaba mucho el margen de maniobra del organismo, por lo que no descartó que se lleve el asunto al Consejo de Seguridad de la ONU.
Al justificar la decisión de suspender a Honduras de sus derechos, el secretario general de la OEA opinó que es poco recomendable el inmediato retorno del presidente Manuel Zelaya a Tegucigalpa. “Ir más allá de esta decisión —de suspender a Honduras— no es lo más aconsejable en este momento, dado el clima de extrema tensión que se respira en ese país”.
“El presidente Zelaya tiene la última palabra. Pero considero que por el momento no hay las suficientes garantías para su retorno y eso es algo que tendríamos que obtener antes de que se produzca su viaje” previsto para este domingo, dijo Insulza.
Rehusó aludir a versiones en el sentido de que los países del Alianza Bolivariana deseaban incluir un apartado en la nueva resolución, pidiendo que los países de la OEA suspendan toda cooperación con Honduras.
Por la mañana había aclarado que la decisión del gobierno de facto de abandonar la OEA carecía de validez jurídica, porque es un gobierno sin reconocimiento.
Países como Canadá insistían en el alto riesgo de una operación de retorno sin las suficientes garantías para el presidente. “Canadá considera que, por el momento, no es prudente el retorno del presidente Manuel Zelaya”, consideró Peter Kent, el secretario de Estado canadiense de Relaciones Exteriores para las Américas.
Managua ve complot
La recomendación de Canadá, contra el retorno inmediato de Zelaya a Honduras, se produjo nada más conocerse la denuncia de viva voz presentada por el embajador de Nicaragua ante la OEA, Denis Moncada, sobre la existencia de un presunto complot orquestado por las fuerzas golpistas para perpetrar un baño de sangre durante la llegada de Zelaya a Tegucigalpa que sería atribuido a Nicaragua, Cuba y Venezuela.
“Nicaragua denuncia que hay planes macabros de los sectores golpistas de Honduras encaminados a responsabilizar a Cuba, Nicaragua y Venezuela de una supuesta agresión armada orquestada desde Nicaragua”, aseguró Moncada. “Los golpistas se preparan para suministrar armas a las fuerzas de Roberto Micheletti (presidente interino) para hacerse pasar por simpatizantes del presidente Zelaya y disparar contra las fuerzas policiales, militares y simpatizantes del propio Micheletti para responsabilizar al legítimo presidente del baño de sangre al momento de su llegada”, añadió.
Zelaya insistió en sus planes de retornar hoy a Honduras, con un grupo de presidentes que incluiría a Cristina Kirchner, de Argentina; Rafael Correa, de Ecuador, y Fernando Lugo, de Paraguay. (Con información de agencias)
Comentario:
Difícil tomar una decisión frente a una Honduras dividida.
Coronavirus, la amenaza esta ahí afuera
Hace 4 años
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